Directores franceses belicoseros

Tras dedicar par de entradas a los directores británicos más belicoseros después de los David Lean o el tándem Powell-Pressburger, decidí realizar una pequeña lista con los directores franceses que más cine sobre la guerra hayan hecho. La condición era que, más o menos bélico, el conflicto fuese determinante en sus filmografías con, al menos, tres obras reconocibles.

La lista que expongo no es muy larga, ya que no estamos ante una filmografía (la francesa) tan bélica. Pero sí se encuentran nombres de peso. Recalcar que Jean Jacques Annaud no ha entrado ya que apenas tiene dos obras. Aunque una de ellas, "Enemigo a las puertas" es muy reconocida.

Abel Gance
Apodado en este mismo blog como "El inventor", Abel Gance es el primero de los directores por orden cronológico, ya que su primera obra bélica apareció apenas un año después de concluir la Gran Guerra. "J'acusse" es una extensa obra (160 minutos) con una fantasmagórica escena en su interior y que lanza un mensaje antibelicista desde el propio título. Para la película llegó a contar con militares de verdad en la retaguardia. Hombres que hicieron de muertos vivientes sin saber (aunque pudieran intuirlo) que unas semanas después, volviendo al combate, estarían muertos. Esta película es difícil de conseguir en formato físico. No así su remake, de 1938, dirigido por el propio Gance, aunque con sonido.

Pero si por algo fue bautizado como "inventor" el bueno de Gance es por su obra maestra: "Napoleón". 240 minutazos que narran los inicios del Emperador francés hasta el comienzo de la campaña de Italia. Precisamente en dicha escena final radica uno de sus grandes inventos, al rodar escenas y exhibirlas en una sala a tres pantallas creando, de esta manera, una especie de formato panorámico con las escenas de combate. Otros logros fueron el de poner la cámara a lomos de un caballo o en un péndulo en un barco para simular una tempestad. Escenas soberbias que denotaban pasión por su trabajo. Lástima que, al tratarse de una obra muy cara, no pudiese materializar su sueño de filmar toda la vida de Napoleón, algo que hubiese llevado consigo unas cinco películas de similar tamaño. Eso sí, ya en sus últimos años de carrera pudo volver a rodar algo sobre Napoleón: "Austerlitz", con Jack Palance, Orson Welles o Claudia Cardinale en el reparto.

Jean Renoir
El sello Renoir es sinónimo de arte, tanto en pintura como en cine. En el caso del celuloide fue Jean el encargado de realizar una de las grandes obras que ha parido el cine francés: "La gran ilusión" (1937), llamamiento pacifista sobre un campo de prisioneros durante la Gran Guerra que pretendía avisar al mundo de la que se avecinaba. Su sueño, su gran ilusión, era evitar esa segunda guerra que no pudo evitar. Por el camino, no obstante, una obra de arte donde se vislumbra ese cambio de ciclo en el mundo con el fin de la aristocracia, y que logró ser la primera película no hollywoodiense en aspirar al premio gordo (Mejor Película) en unos Óscars.

Sólo por esa obra, Renoir merecería estar en esta lista. Pero he dicho que hacía falta algo más de belicoserismo para entrar. Podríamos incluir en lista "Escurrir el bulto", una comedia de 1928 con el ejército de protagonista o incluso "La marsellesa" obra que siguió a su éxito de "La gran ilusión", intentando narrar el alzamiento revolucionario de 1789. Pero, más allá de esas obras que entrarían muy por los pelos en el belicoserismo, Renoir volvería al género una vez cruzado el charco, regalándonos otra genialidad como "Esta tierra es mía" con un Charles Laughton que estaba, cuando menoa, de nominación al Óscar en un drama con la resistencia de un pueblo ante el opresor alemán, por protagonista.

Para cerrar ciclo, y si bien en Hollywood también rodaría un mediometraje del que no se acuerda nadie titulado "Salute to France", volvería a los campos de prisioneros para la comedia bélica "El cabo atrapado" con Jean Pierre Cassell de protagonista. Película que tiene lugar, en esta ocasión, en la II Guerra Mundial y que, pese a no ser tan brillante, puede formar una buena sesión doble con la mencionada "La gran ilusión". Para curiosos, podéis encontrar en Netflix la película.

René Clement
Sigamos con otro nombre que merece honores dentro del cine bélico. Fue tal la importancia de Clement que fue el encargado de dirigir la "El día más largo" de Francia. Es decir, "¿Arde París?". Obra de notable acabado para enaltecer el sentido patriótico y recordar la labor de la Resistencia francesa y de los parisinos en la liberación de la capital del país en Agosto de 1944. Repartazo internacional incluido con Kirk Douglas como el General Patton. Pero antes de esa obra cumbre, Clement ya había flirteado en varias ocasiones con la II Guerra Mundial.

"La batalla del Rail" viene a ser una especie de neorrealismo italiano a la francesa, siguiendo los cánones de "Roma: Ciudad abierta", pero con un hecho histórico de importancia como la labor de la Resistencia francesa en boicotear los transportes por ferrocarril. Ese film es de 1946, seis años más tarde realizaría la que considero, sin duda, su mejor película: "Juegos prohibidos" sobre la amistad de una niña y un niño en 1940, con Francia siendo ocupada por los alemanes y esa niña habiendo quedado huérfana en la huída de su familia en un sobrecogedor plano. Toda la película en sí impacta y merece mucho la pena, final incluido. Entre medias, una cuenta pendiente con temática atractiva: "Los malditos" sobre un viaje en un submarino con nazis y un científico. Concluiría su aportación con la II Guerra Mundial (único conflicto al que dedicó esfuerzos) con "El día y la hora", con Simone Signoret de protagonista, con un drama romántico de por medio entre una mujer francesa y un piloto americano al que esconde a la espera de buscar la manera de sacarlo del país.

Bertrand Tavernier
Concluyo la lista con un director que podría tener mejor filmografia bélica de la que aquí expongo. Apenas tres títulos con la guerra como elemento importante, dos de ellos muy aplaudidos y reconocidos a finales del Siglo XX. Pero la gran duda es ¿Qué hubiera podido ser...? Si Berntrand Tavernier hubiese concluido la trilogía que pretendía hacer con la Gran Guerra de protagonista. El caso es que el director únicamente dirigió dos películas sobre el conflicto. La primera de ellas, "La vida y nada más" con Philippe Noiret, no es ni siquiera un título bélico, pues tiene lugar en 1920. Pero refleja las miserias y consecuencias de la guerra al tratar la dura vida de una mujer dispuesta a encontrar el paradero de su marido, y el de un Coronel encargado de la dura tarea de encontrar los cuerpos de soldados desaparecidos.

La segunda película sobre la Gran Guerra de Tavernier fue todavía más aplaudida, obteniendo el César al Mejor Director y logrando premio en el Festival de Cine de San Sebastián. Se trata de "Capitán Conan", film que también toca el final de la guerra pero desde una óptica diferente. Centrada en el frente balcánico, un desconocido, donde Francia también tuvo soldados. El pitorreo con los altos mandos, los asesinatos con la guerra acabafa, juicios militares y, como colofón, ser rearmados para luchar al ejército soviético son elementos de la trama de esa notable película. No culminaría la trilogía pero, al menos, el francés se encargaría de rodar otro film de ambiente bélico: "Salvoconducto", cuya trama se desarrolla en la Francia dividida en dos de la II Guerra Mundial.

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