El nuevo juguetito de Netflix con aroma militar, y pseudobelicosero, es "Interceptor", una película que llega con el sello de Chris Hermsworth como productor ejecutivo, pero que deja los tortazos y la acción para su mujer, Elsa Pataky. Una actriz con poco recorrido en Hollywood y que en España no es que digamos una reputada actriz al frente de una película que colaría perfectamente en los años noventa de la mano de Steven Seagal o Jean Claude Van Damme. De hecho, por similitudes, ¡Seagal ya hizo esta película!.
El sello Thor (que se guarda una pequeña sorpresa) no es suficiente para que la película sea lo suficientemente atractiva. No cabe duda que con el mismo argumento pero con el carisma y la pose del actor, quizás hablaríamos de un proyecto mayor. Pero no, aquí todo queda en una acción minimalista, casi de andar por casa, rodada casi en su totalidad en la misma sala, con ligeras excepciones. La verborrea para rellenar metraje por parte del malo malo noventero puede acabar resultando cansina. Si bien es el toque necesario para tomarse la propuesta algo a broma.
Porque sí, todo topicazo de los malvados de ese cine lo tenemos aquí. Y toda frase sensacional del chulo de turno recae en esta ocasión en una Elsa Pataky a la que el uniforme le agobia tanto que, realista o no, su pose y rostro del primer cuarto de hora son de no saber qué pinta ahí. Cuando puede quedarse en camiseta, mostrar las horas de gimnasio y repartir patadas la cosa mejora considerablemente. Con escenas fantasmas a más no poder, pero que debemos comprar porque es así como se parió este tipo de cine de cachas.
"Interceptor" no es una buena película, no nos engañemos. Es más bien tirando a mala en muchos aspectos. Argumento sencillo, actores de segunda fila, frases escritas por... bueno, frases escritas con poco arte, y el humor acaba siendo más bien natural, del que se logra casi sin querer. Lo bueno es que la película, consciente de en qué liga juega y de que sus topicazos ya los hicieron con gracia y mejor hacer otras producciones como "Jungla de cristal" o incluso la primera parte de "Alerta máxima", claro ejemplo del que bebe y que representa lo mejor y lo peor de aquel cine noventero, pero que se disfruta de principio a fin.
Con algún altibajo generado por la necesidad de cerrar a los personajes, cual Nostromo, en un habitáculo pequeño, la película se abre camino como puede con giros cada cuál menos sofisticado, pero que hace avanzar la película hacia donde quiere. ¿Se puede considerar un placer culpable? Sí, ya que cumple todos esos requisitos de película disfrutona si vas a calzón quitado, de las que puedes degustar si sabes que vas a ver una película casi de Serie B. Porque con ese punto de vista, la película, si bien no sorprende, no deja sabor amargo en el paladar. Se limita a hacernos pasar un rato, ideal para quien no quiere nada con mucha cocción.
Al final incluso verás a la Pataky como esa heroína de acción que nunca hubieses creído, que no es poco. Pese a que los malos llegan a tener la movilidad de los muñecos de cartón de campos de entrenamiento de la policía, uno acepta pulpo como animal de compañía y, pese a conocer de sobras casi todo lo que pueda pasar (y más si se comete el error de mirar el trailer), el rato agradable está ahí. Acabo estas líneas sin saber todavía si merece ser aprobada o no, en el limbo. Por vagancia y poco arte es un suspenso como una casa... pero no es menos cierto que no se podía esperar mucho más de ella y que, personalmente, da lo que promete: un grato alejado del mundo.
Nota: 5
Lo Mejor: Que si entras en su juego, se disfruta
Lo Peor: Hay bastante cutrerío en la caracterización de personajes y no pocas interpretaciones.
El sello Thor (que se guarda una pequeña sorpresa) no es suficiente para que la película sea lo suficientemente atractiva. No cabe duda que con el mismo argumento pero con el carisma y la pose del actor, quizás hablaríamos de un proyecto mayor. Pero no, aquí todo queda en una acción minimalista, casi de andar por casa, rodada casi en su totalidad en la misma sala, con ligeras excepciones. La verborrea para rellenar metraje por parte del malo malo noventero puede acabar resultando cansina. Si bien es el toque necesario para tomarse la propuesta algo a broma.
Porque sí, todo topicazo de los malvados de ese cine lo tenemos aquí. Y toda frase sensacional del chulo de turno recae en esta ocasión en una Elsa Pataky a la que el uniforme le agobia tanto que, realista o no, su pose y rostro del primer cuarto de hora son de no saber qué pinta ahí. Cuando puede quedarse en camiseta, mostrar las horas de gimnasio y repartir patadas la cosa mejora considerablemente. Con escenas fantasmas a más no poder, pero que debemos comprar porque es así como se parió este tipo de cine de cachas.
"Interceptor" no es una buena película, no nos engañemos. Es más bien tirando a mala en muchos aspectos. Argumento sencillo, actores de segunda fila, frases escritas por... bueno, frases escritas con poco arte, y el humor acaba siendo más bien natural, del que se logra casi sin querer. Lo bueno es que la película, consciente de en qué liga juega y de que sus topicazos ya los hicieron con gracia y mejor hacer otras producciones como "Jungla de cristal" o incluso la primera parte de "Alerta máxima", claro ejemplo del que bebe y que representa lo mejor y lo peor de aquel cine noventero, pero que se disfruta de principio a fin.
Con algún altibajo generado por la necesidad de cerrar a los personajes, cual Nostromo, en un habitáculo pequeño, la película se abre camino como puede con giros cada cuál menos sofisticado, pero que hace avanzar la película hacia donde quiere. ¿Se puede considerar un placer culpable? Sí, ya que cumple todos esos requisitos de película disfrutona si vas a calzón quitado, de las que puedes degustar si sabes que vas a ver una película casi de Serie B. Porque con ese punto de vista, la película, si bien no sorprende, no deja sabor amargo en el paladar. Se limita a hacernos pasar un rato, ideal para quien no quiere nada con mucha cocción.
Al final incluso verás a la Pataky como esa heroína de acción que nunca hubieses creído, que no es poco. Pese a que los malos llegan a tener la movilidad de los muñecos de cartón de campos de entrenamiento de la policía, uno acepta pulpo como animal de compañía y, pese a conocer de sobras casi todo lo que pueda pasar (y más si se comete el error de mirar el trailer), el rato agradable está ahí. Acabo estas líneas sin saber todavía si merece ser aprobada o no, en el limbo. Por vagancia y poco arte es un suspenso como una casa... pero no es menos cierto que no se podía esperar mucho más de ella y que, personalmente, da lo que promete: un grato alejado del mundo.
Nota: 5
Lo Mejor: Que si entras en su juego, se disfruta
Lo Peor: Hay bastante cutrerío en la caracterización de personajes y no pocas interpretaciones.
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