En la sección dedicada al cine rodado durante la IIGM hoy me detengo en una rareza producida en Gran Bretaña en una era donde los alemanes bombardeaban el país, lo cuál le otorga mayor mérito a la propuesta. Destacar que el título en cuestión lo tenéis disponible en Netflix y que en el mismo el Ejército británico cedió a soldados de maniobras para el rodaje.
La película arranca con un hombre hablando a cámara, recordando la batalla casi desconocida que tuvo lugar en un pequeño pueblo de las islas en 1942, durante la guerra. La introducción va con spoiler, pues destaca que el único cacho de tierra que lograron los alemanes fue "este", señalando a una lápida en memoria de los alemanes fallecidos durante dicha batalla. Acto seguido, se nos narrarán las 48 frenéticas horas que duró la invasión y como fue repelida.
Nada más arrancar la introducción previa al flash-back tuve que mirar en internet si no estaba equivocada la información acerca del año de producción de la película, ya que el narrador nos indica que la guerra ha terminado con victoria aliada. Y no, no está equivocado el año de estreno, que fue el mismo 1942 al que hace mención la película. Es decir, en un intento de enaltecer el patriotismo, llega a vaticinar el ansiado y sufrido triunfo (sin hablar de fechas) mientras nos narran una de hazañas bélicas ficticias (que quede claro) con la población civil como protagonista.
El flash-back arrancará con la llegada al pueblo de soldados británicos a los que se verán obligados a alojar. No tardaremos en estar al tanto de que son alemanes camuflados y de que hay un espía alemán entre la población, que ha estado años ocultando su identidad a la espera de la invasión. No obstante la maña no radica tanto en el engaño al espectador como en la manera en que actúan los habitantes de la localidad rural con sus huéspedes, con las sospechas de algunas mujeres in crescendo para, posteriormente mostrarnos los intentos de alertar a localidades cercanas. Intentos, la mayoría en balde y que provicaban la muerte de los valientes civiles.
"Went the day well?" saca ahí todo su arsenal para tocar la fibra del espectador, destacando la valentía e importancia de toda Gran Bretaña para derrotar el nazismo. Tenemos ejemplos varios en la muerte de algunos personajes como el cura tras hacer sonar las campanas para alertar de la presencia enemiga o de la radioperadora, que nos regala una de las escenas del film cuando, armada de valoe y con un hacha ajusticia a su captor para liberarse e intentar informar de que el pueblo ha sido ocupado. A la impactante escena le seguirá la aparición de un alemán com bayoneta como colofón.
También los niños lucharán por la causa, y todo aquel que en un momento dado se arme de valor pese a que el enemigo toma medidas drásticas para acallar la voz del pueblo. Pero el pueblo unido jamás será vencido, por mucho que amenacen con matar a los niños del pueblo. Ahí estará su maestra o cuidadora para sacrificarse en otra escena que pone la carne de gallina, granada de por medio.
Pero, sin duda, es todo ese mensajes lo realmente destacable de una producción víctima de su época. Sigue a rajatabla las pautas del cine propagandístico, alertando a la población de que el enemigo puede estar en su propia casa y que hay que desconfiar de cualquier desconocido que aparezca en escena. Al mismo tiempo se llama a la población a defender su tierra cuando estén al límite. Todo ello en una película rodada en una época en la que el miedo a una posible invasión de la Alemania Nazi estaba vigente. El film toca las teclas adecuadas para ser didáctico, cumplir su cometido y entretener.
Porque vista en pleno Siglo XXI y siendo conocedor de su época, estamos ante uno de esos títulos que es increíble que hayan desaparecido del mapa, no siendo recordados al no haber sido estrenados en nuestras salas. Por ello resulta una agradable sorpresa descubrir que detrás de tan sigiloso título (que procede de un poema de 1918 que hace mención a la IGM) se esconde una notable propuesta llena de valentía y buen gusto por el cine. Porque pese a los medios y las bombas, la película sabe dedicar el tiempo necesario a cada tramo. En una labor de montaje excepcional para la época.
De este modo la tensión in crescendo del primer acto acaba desatando la obligación de los alemanes, al ser descubiertos, a actuar y ejercer de captores. Ese Plan B tan chapucero derivará en el tramo donde conocemos los endenoniados y nazidms que pueden llegar a ser, a la par que rezamos para que cada valiente acto para descubrir al enemigo pueda llegar a oídos del Ejército británico. Especial mención a lo 'gafe' que llega a ser una mujer que viene a tomar el té como cada domingo, encargándose de destrozar hasta dos intentos de la población. El ingenio del guión con cierta socarronería indirecta o humor británico tan camuflado como el enemigo, tiene sus pequeños momentos en la trama.
Para cerrar, un Tour de force belicosero con la población a las armas contra el enemigo, y con el ejército británico, cuál séptimo de caballería, llegando al rescate en el momento oportuno. El único pero posible es que el hecho de tener a los alemanes con uniforme británico luchando contra el ejército hace que nos llegue a resultar difícil descubrir entre tanto extra quién es quién en ese tramo final. Se ahorran vestuario, pero genera confusión.
El resultado global es una película que recomiendo, que tiene un guión y un montaje ágiles para no recrearse en exceso en cosas secundarias pero para no pasar por alto nada. Un reparto coral, dónde el pueblo en su conjunto es el protagonista en la lucha contra la tiranía del III Reich, le da valor añadido a la película. Y, como sorpresa, se llega a recrear con maestría y sin temblarle el pulso en algunas muertes que, incluso aplaudidas, generan pánico, horror y malestar en el espectador. Porque incluso algunos ajusticiamientos son crueles, sádicos, salvajes... Y nos llegan a recordar lo duro que debe ser matar a alguien por mucho justificado que esté.
Destacar, por último, que puede que os suene la trama de soldados alemanes llegando a una población rural en Gran Bretaña, acabando dentro de una iglesia y enterrados allí mismo. Se trata de la trama de "Ha llegado el águila", que bebe mucho de esta idea. Los británicos, civilizados y religiosos no dudan en honrar a los muertos con cristiana sepultura en ambos casos. Y es que pese a esas malditas 48 horas y el horror causado, no dejan de ser seres humanos. Aunque a algunos parezca asomarles, víctimas del guión y la época, los cuernos y el rabo.
Nota: 7
Lo mejor: una grata sorpresa disfrutable
Lo peor: la pelea de uniformes british vs british en el tramo final.
La película arranca con un hombre hablando a cámara, recordando la batalla casi desconocida que tuvo lugar en un pequeño pueblo de las islas en 1942, durante la guerra. La introducción va con spoiler, pues destaca que el único cacho de tierra que lograron los alemanes fue "este", señalando a una lápida en memoria de los alemanes fallecidos durante dicha batalla. Acto seguido, se nos narrarán las 48 frenéticas horas que duró la invasión y como fue repelida.
Nada más arrancar la introducción previa al flash-back tuve que mirar en internet si no estaba equivocada la información acerca del año de producción de la película, ya que el narrador nos indica que la guerra ha terminado con victoria aliada. Y no, no está equivocado el año de estreno, que fue el mismo 1942 al que hace mención la película. Es decir, en un intento de enaltecer el patriotismo, llega a vaticinar el ansiado y sufrido triunfo (sin hablar de fechas) mientras nos narran una de hazañas bélicas ficticias (que quede claro) con la población civil como protagonista.
El flash-back arrancará con la llegada al pueblo de soldados británicos a los que se verán obligados a alojar. No tardaremos en estar al tanto de que son alemanes camuflados y de que hay un espía alemán entre la población, que ha estado años ocultando su identidad a la espera de la invasión. No obstante la maña no radica tanto en el engaño al espectador como en la manera en que actúan los habitantes de la localidad rural con sus huéspedes, con las sospechas de algunas mujeres in crescendo para, posteriormente mostrarnos los intentos de alertar a localidades cercanas. Intentos, la mayoría en balde y que provicaban la muerte de los valientes civiles.
"Went the day well?" saca ahí todo su arsenal para tocar la fibra del espectador, destacando la valentía e importancia de toda Gran Bretaña para derrotar el nazismo. Tenemos ejemplos varios en la muerte de algunos personajes como el cura tras hacer sonar las campanas para alertar de la presencia enemiga o de la radioperadora, que nos regala una de las escenas del film cuando, armada de valoe y con un hacha ajusticia a su captor para liberarse e intentar informar de que el pueblo ha sido ocupado. A la impactante escena le seguirá la aparición de un alemán com bayoneta como colofón.
También los niños lucharán por la causa, y todo aquel que en un momento dado se arme de valor pese a que el enemigo toma medidas drásticas para acallar la voz del pueblo. Pero el pueblo unido jamás será vencido, por mucho que amenacen con matar a los niños del pueblo. Ahí estará su maestra o cuidadora para sacrificarse en otra escena que pone la carne de gallina, granada de por medio.
Pero, sin duda, es todo ese mensajes lo realmente destacable de una producción víctima de su época. Sigue a rajatabla las pautas del cine propagandístico, alertando a la población de que el enemigo puede estar en su propia casa y que hay que desconfiar de cualquier desconocido que aparezca en escena. Al mismo tiempo se llama a la población a defender su tierra cuando estén al límite. Todo ello en una película rodada en una época en la que el miedo a una posible invasión de la Alemania Nazi estaba vigente. El film toca las teclas adecuadas para ser didáctico, cumplir su cometido y entretener.
Porque vista en pleno Siglo XXI y siendo conocedor de su época, estamos ante uno de esos títulos que es increíble que hayan desaparecido del mapa, no siendo recordados al no haber sido estrenados en nuestras salas. Por ello resulta una agradable sorpresa descubrir que detrás de tan sigiloso título (que procede de un poema de 1918 que hace mención a la IGM) se esconde una notable propuesta llena de valentía y buen gusto por el cine. Porque pese a los medios y las bombas, la película sabe dedicar el tiempo necesario a cada tramo. En una labor de montaje excepcional para la época.
De este modo la tensión in crescendo del primer acto acaba desatando la obligación de los alemanes, al ser descubiertos, a actuar y ejercer de captores. Ese Plan B tan chapucero derivará en el tramo donde conocemos los endenoniados y nazidms que pueden llegar a ser, a la par que rezamos para que cada valiente acto para descubrir al enemigo pueda llegar a oídos del Ejército británico. Especial mención a lo 'gafe' que llega a ser una mujer que viene a tomar el té como cada domingo, encargándose de destrozar hasta dos intentos de la población. El ingenio del guión con cierta socarronería indirecta o humor británico tan camuflado como el enemigo, tiene sus pequeños momentos en la trama.
Para cerrar, un Tour de force belicosero con la población a las armas contra el enemigo, y con el ejército británico, cuál séptimo de caballería, llegando al rescate en el momento oportuno. El único pero posible es que el hecho de tener a los alemanes con uniforme británico luchando contra el ejército hace que nos llegue a resultar difícil descubrir entre tanto extra quién es quién en ese tramo final. Se ahorran vestuario, pero genera confusión.
El resultado global es una película que recomiendo, que tiene un guión y un montaje ágiles para no recrearse en exceso en cosas secundarias pero para no pasar por alto nada. Un reparto coral, dónde el pueblo en su conjunto es el protagonista en la lucha contra la tiranía del III Reich, le da valor añadido a la película. Y, como sorpresa, se llega a recrear con maestría y sin temblarle el pulso en algunas muertes que, incluso aplaudidas, generan pánico, horror y malestar en el espectador. Porque incluso algunos ajusticiamientos son crueles, sádicos, salvajes... Y nos llegan a recordar lo duro que debe ser matar a alguien por mucho justificado que esté.
Destacar, por último, que puede que os suene la trama de soldados alemanes llegando a una población rural en Gran Bretaña, acabando dentro de una iglesia y enterrados allí mismo. Se trata de la trama de "Ha llegado el águila", que bebe mucho de esta idea. Los británicos, civilizados y religiosos no dudan en honrar a los muertos con cristiana sepultura en ambos casos. Y es que pese a esas malditas 48 horas y el horror causado, no dejan de ser seres humanos. Aunque a algunos parezca asomarles, víctimas del guión y la época, los cuernos y el rabo.
Nota: 7
Lo mejor: una grata sorpresa disfrutable
Lo peor: la pelea de uniformes british vs british en el tramo final.
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