Michael Caine debutó en el cine bélico con la olvidada y olvidable "Infierno en Corea", toda una rareza dispuesta a hablar de la participación británica en un conflicto muy olvidado por el mundo del cine (si bien en aquella época estaba de moda). Apenas tenía un rol pequeñísimo, como pequeñísimos fueron sus siguientes papeles en el género, incluyendo el de soldado alemán en "The Steel Bayonet" (1957) ambientado en el Norte de África.
Junto a este par de títulos, y antes de su primer papel protagonista con nivel en una producción, Caine participó en todo tipo de películas de bajo coste en roles secundarios. Así engrosa la lista en títulos como: "Agente secreto SZ", "El espía de dos cabezas", "Danger Within" o "Foxhole in Cairo". Decir que algunos de estos trabajos son sin créditos, breves apariciones de un actor que no tenía suerte en el cine, y destacar que en la más conocida ("El espía de dos cabezas" hacía el rol de agente de la Gestapo).
Pero todo cambió para él en el cine bélico (y en el cine) en 1964, año en que fue seleccionado para co-protagonizar "Zulú" junto a un Stanley Baker que había protagonizado precisamente "Infierno en Corea" y que se encargaba de producir y liderar esa cinta histórico-bélica ambientada en Sudáfrica en el Siglo XIX. La película tuvo mucha repercusión en Gran Bretaña y Caine se hizo así un nombre con fama, habiendo eclipsado cada plano de la película con su particular estilo del humor y de ser un tanto british. Al año siguiente protagonizaba "Ipcress" y nadie le bajaría de ser una estrella del celuloide.
A finales de la década de los 60, Caine se encargaba de ser el líder de una película bélica que merece más respeto y fama del que obtuvo: "Mercenarios sin gloria", de Andre de Toth. Un título que parece venirle que ni pintado. Ese "Play Dirty" del título original nos muestta una forma de hacer la guerra un tanto sucia, salida a rebufo de "Doce del Patíbulo". Las misiones suicidas como protagonistas con Caine de gran maestro de ceremonias. Aún a finales de los 60 le daba tiempo a aparecer en "La Batalla de Inglaterra", una especie de "El día más largo" del cine británico con todas las estrellas posibles del momento, donde Caine era uno de los rostros más famosos en aquel entonces.
El cinismo, los altos mandos, tan criticados en "Mercenarios sin gloria" volverían a ser protagonistas en 1970 de la cinta de Robert Aldrich "Comando en el mar de China". Caine, junto a Cliff Robertson eran el Zig y el Zag de este mítico del cine bélico que bebe un poco de "Objetivo:Birmania" pero alejándose de la gloria de los años 40, dando un amargor muy necesario en plena Guerra de Vietnam. La película se ambientaba en el Pacífico durante la II Guerra Mundial, pero no cabe duda de que el director apuntaba con bala hacia otro país del sudeste asiático.
Obviando (pero mencionando) títulos históricos como "El último valle" o "El hombre que pudo reinar", Caine volvería al cine bélico de la mano de dos grandísimos directores como John Sturges y Richard Attenborough. Con el primero volvería a ejercer de alemán como en sus primeros breves papeles en el género, en "Ha llegado el águila", junto a Robert Duvall y Donald Shutherland. Un título donde el objetivo es asesinar al Primer Ministro Británico, Churchill. Basada en una novela, la película es entretenida y muy afamada, si bien Sturges no terminó de aprovechar todo lo bueno que tenía en guión y reparto.
La otra producción, de 1977, se trata de la épica "Un puente lejano", que por desgracia no fue ningún éxito en taquilla pero es una de las grandes del género. Nuevamente un reparto estelar del cine británico para una película en este caso destinada a hablar de una operación fallida. A Caine le pusieron un rol bastante cómodo, nada que ver con el de Sean Connery o Robert Redford, que las pasarían más canutas durante las operaciones.
Caine todavía tendría cuerda para una producción bélica más, de la mano de otro grandísimo director como John Huston en la futbolera y evasiva : "Evasión o victoria" junto a Sylvester Stallone o Max Von Sydow, además de estrellas del fútbol con O Rei Pelé a la cabeza. Una película muy entretenida y mítica donde las haya, y que supuso el punto final (hasta la fecha) de Michael Caine como actor de cine bélico, si pasamos de puntillas su Voz en "Dunkerque". Y es que pese a ser un asiduo al cine de Nolan desde la primera de "Batman", precisamente en el film bélico no aparició en ningún papel, por pequeño que fuera, quedando relegado a una voz sin crédito.
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