The King's man (Crítica)

El cine bélico ha vuelto a las salas de cine, y lo ha hecho prácticamente como se fue, volviendo a la Gran Guerra (si exceptuamos a "Jojo Rabbit" por el camino). Ha costado su retorno, y ha costado que la ansiada "The King's man" llegara a salas, casi dos años después de su primera fecha prevista de estreno. Pero la obra protagonizada por Ralph Fiennes y precuela lejana de las dos anteriores muescas de la saga, ha llegado al cine proponiéndonos un paseo por los principales puntos de calor de la Gran Guerra.

Esa es, sin duda, la mayor virtud de la propuesta, que en lugar de poner (tal y como están haciendo muchas películas en los últimos tiempos, "Wonder woman" a la cabeza) la historia al servicio del espectáculo, hacen justo lo contrario, y aquí toda secuencia de acción y todo espectáculo acaba siendo justificado para contarnos la historia. Porque "The King's man" abarca muchos frentes, todos ellos relacionados con el conflicto bélico, y amparada en un buen reparto de secundarios logra mantenernos entretenidos las dos horas que dura la producción.

Obviamente la película se toma las licencias necesarias para narrar su trama. Pero, he aquí el truco, estamos hablando de una agencia secreta que, por lo tanto, puede que lo que suceda pueda llegar a ser real (siempre teniendo en cuenta que es ficción), y que es parte de la historia no contada de la Primera Guerra Mundial. En cualquier caso, los amantes del cine bélico que no hagan ascos a que le cuenten batallitas ficcionando la parte histórica saldrán contentos del cine. Pues entre ración y ración de belicoserismo (que lo hay), la película se centra en los despachos y quehaceres políticos, tramando planes maléficos dignos de villanos de James Bond (o de Austin Powers).

Si la comparamos con el resto de la saga, perdido el factor sorpresa, la película no logra el necesario equilibrio en su parte cómica, que sí intenta buscarla pero sin excesivo buen atino. No obstante, logra un dramatismo espectacular cuando toca bajar al barro. Y es que cuando se trata de narrar la guerra de trincheras, no hay gloria alguna. El conflicto fue lo que fue, y de dicha carnicería no se podía sacar nada en claro. No hace prisioneros a su paso la película, ni hace ascos a arremangarse y meterse de lleno en el género bélico pese a tratarse de una película de acción y, permítanme añadir el género, espionaje.

Fuera de dichas trincheras, que ocupan un par de escenas, una de ellas clave en la trama, tenemos todo un amplio repertorio de momentos históricos verídicos. Tuneados para la ocasión pero que servirán para que aquel aficionado que no tenga ni pajolera idea de por qué se generó la Gran Guerra o cuáles fueron sus contendientes principales y la importancia de algunas cosas, tendrá aquí una breve ración de historia. Sí, pese a las necesarias licencias y a su ficción, la película muestra no pocos aspectos de una guerra que el cine hasta hace menos de una década (incluso diría de un lustro) tenía injustamente olvidado.

"The King's man" se sostiene en el siempre respetable y convincente Ralph Fiennes, posiblemente más comedido de lo que cabía esperar, teniendo en cuenta la brillante aportación de Colin Firth a la saga. Pero el guión es el que es y pese a no aprovechar de todo a su personaje, siempre resulta agradable encontrárnoslo en alguna película. Sin duda, el alma de la fiesta es Rhys Ifans, el que fuera compañero de piso de Hugh Grant en "Notting Hill" sobresale con suficiencia del resto con su caracterización de Rasputín, ese monje al servicio del Zar Nicolás de Rusia. Hace suya cada escena, compartida o no, en la que aparece, e incluso nos deleita con unas coreografías marca de la casa Kingsman, en la que posiblemente sea la escena de acción más lograda de la película.

El hecho de que Fiennes sea acompañado por Housnou y Gemma Arterton, no hace sino mostrar el camino del cine del Siglo XXI, donde el componente igualitario de razas y sexos está a la orden del día. Ese tripartito formado, con permiso del joven padawan empeñado en ir al combate, funciona lo suficientemente bien para que esa Organización y la trama no se hundan en la inmensidad de lo que pretenden abarcar. Pues es difícil condensar en dos horas, entre coreografías de acción, los no pocos puntos de inflexión de la Primera Guerra Mundial.

Queda, por lo tanto, una didáctica clase de la Gran Guerra. Un cachito de historia que merece la pena guardar para ver que se puede ser algo original y tomarse licencias siendo en todo momento respetuoso con la historia real. Por el camino, nos queda un Rasputín que devora la pantalla (y las tartas) y un convincente reparto al servicio de Su Majestad. Una de Bond mezclada con cine bélico. Cuando toca, divertida... y cuando toca, dura y seria. Quizás le falte algo más de equilibrio para captar la atención del espectador medio. Quizás quienes adoren la saga no les guste el rumbo tomado. Pero, personalmente, y pese a adorar la original "Kingsman", toca aplaudir el buen hacer de "The King's man" esa precuela que sabe bailar entre la acción y el espionaje, entre el cine histórico y el bélico.

Nota: 6,5

Lo Mejor: Esa clase de historia que propone y Rasputín Ifans

Lo Peor: Le falta algo más de humor o comedia para asemejarse al conjunto de la saga.

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