Cerramos ciclo sobre la Guerra de Corea con la película más mítica, que no la mejor, ambientada en el conflicto: "M.A.S.H." (cuyas siglas significan Hospital Móvil Quirúrjico del Ejército) y eso que la película dirigida por el entonces no tan conocido Robert Altman pretendía estar ambientada en Vietnam. Fue rodada en plena vorágine vietnamita y su director no hizo referencia alguna concreta al frente. Únicamente su introducción, añadida mediante letras y voz en off, nos retrotrae de alguna manera a Corea, MacArthur mediante.
El resto, una película que podríamos llegar a considerar atemporal pues no necesita de conflicto alguno y que se convertirá en una sucesión de sketches hilarantes e incluso pasados de rosca, repletos de cinismo, donde lo importante es alejarse de todo conflicto y echarse unas risas. Porque si algo hizo Altman con esta película fue inventar el género de la comedia juvenil o adolescente. Sí, sí, la de institutos o universitarios que a partir de los 80 con "Porky's" o "Los incorregibles albóndigas" se puso tan de moda.
Parece un disparate que un título así acceda a formar parte del blog belicosero. Pero el misticismo de "M.A.S.H", una comedia ambientada en la guerra donde el único disparo que suena lo ofrece un árbitro durante el transcurso de un partido de fútbol americano, obligaba a su revisionado para realizar la presente entrada. El hecho de tocar, muy de refilón, Corea, la obligaba a incluir en la temática de este 2021.
Veamos qué tenemos: Tres tipos pasados de rosca, revistas guarras, crítica a la religión, mujeres desnudas o semidesnudas, sexo, bromas de mal gusto, golf, fútbol americano, trampas... Todo con una guerra de fondo que apenas se nos muestra en pequeñas dosis. Eso sí, cuando estas llegan, la cantidad de sangre nos devuelve por momentos a la dura realidad, si bien quienes intentan salvar vidas parecen entretenidos en conversaciones que les alejen del horror.
En definitiva, la película fue muy bien lanzada en Vietnam, al mostrar desde cerca del frente a un grupo de médicos y enfermeras dispuestos a pasar bien el rato de la misma manera que en "Platoon", "Apocalypse now" o "La chaqueta metálica" los protagonistas cuando no estaban en combate no paraban de mostrar la socarronería, el sexo, alcohol y drogas como única vía dr escape del infierno. En "M.A.S.H." los excesos al tratarse de una sátira se compran pero uno acaba por no saber bien si está criticando la guerra o si se lo están pasando bien.
El caso es que nuestros protagonistas añorarán su estancia allí en el futuro. Espléndidos Gould, Sutherland y Skerrit, ese trío de artistas a los que la guerra les da igual y sólo han ido, parece ser, a pasarlo bien, como llega a mostrar cada momento de humor, con ese homenaje/parodia a la última cena (que nos recordará inevitablemente a "Doce del Patíbulo") como punto álgido en cuanto a la crítica religiosa se refiere. Religión profesa en el personaje de Robert Duvall que se ligará a la nueva oficial 'cañón' de turno.
Hoy en día, la irreverencia sexual y el libertinaje de la película serían tildados de excesivos por los nuevos cánones. Incluso para la época mostraba al ejército (o a su cuerpo médico) como una cuadrilla de payasos a los que podría darles igual la vida de sus soldados. Pero, no nos equivoquemos, Altman deja claro en cada escena de combate que las vidas importan, si bien los protagonistas parezcan ajenos al sufrimiento mediante los chascarrillos durante 'la acción' y el deleite sexual de puertas de hospital hacia fuera.
Por el camino, la crítica militarista está. Con especial mención, por alusiones, a la escena donde el oficial médico de mayor graduación se queja de la no presencia del General debido a un "partido de fútbol americano". Lo curioso de la situación es que la frase la suelta mientras está absorbido por la pesca, una de sus aficiones. El sexo opuesto, como la mayoría de protagonistas de cualquier sexo en la producción, serán su otra afición.
Como escenas destacables de la gamberrada puede haber muchas, pero toca destacar el desnudo casi gratuito de su protagonista femenina ante la atenta mirada de los incorregibles cirujanos y enfermeras (lo cuál tiene su guasa) como un momento que se suela recordar o la mencionada escena de la "última cena". Sexo aparte, el partido de fútbol americano final con Fred Williamson como arma secreta se llevaría la palma. Un partido que nada tiene que ver con la guerra pero que servirá en futuras producciones deportivas como ejemplo repleto de topicazos.
Entre broma y broma se nos pasan los 105 minutos de metraje asistiendo más a una alocada comedia juvenil que a un campo de batalla, algo que no sentaría del todo bien al Ejército USA ni a su querido cuerpo médico, si bien serviría para hacer de "M.A.S.H." algo fresco, gamberro y diferente que provocaría un éxito increible para una película a la que no había tantos medios destinados, pues su productora estaba con "Patton" y "Tora Tora Tora" por el camino.
El film obtuvo muy buenas críticas, llegó a convertirse en la segunda comedia más taquillera de la historia en EEUU en su momento y llegó a los Óscars (donde triunfó "Patton") obteniendo 5 nominaciones, incluida Película o Director y llevándose el de Mejor Guión Adaptado. Sirvió para elevar a Robert Altman como director y a que la producción, pese a no tener secuela, tuviera una serie que aguantaría en cadena el resto de la década de los 70, con Alan Alda de protagonista, si bien apenas uno de sus actores (el que hace el rol de radar) repetiría en el elenco.
En lo que respecta a esta crítica, una entretenida diversión. Una sátira no sabría decir si del todo acertada, pese a su riesgo, que cumple su función pero de la cuál me sorprende tanto éxito de crítica. Uno pasa el rato, sin duda, pero parece más apta para el público adolescente en muchos momentos, antes que a uno más adulto al que Vietnam (o Corea) le hubiera estallado en la cara.
El resto, una película que podríamos llegar a considerar atemporal pues no necesita de conflicto alguno y que se convertirá en una sucesión de sketches hilarantes e incluso pasados de rosca, repletos de cinismo, donde lo importante es alejarse de todo conflicto y echarse unas risas. Porque si algo hizo Altman con esta película fue inventar el género de la comedia juvenil o adolescente. Sí, sí, la de institutos o universitarios que a partir de los 80 con "Porky's" o "Los incorregibles albóndigas" se puso tan de moda.
Parece un disparate que un título así acceda a formar parte del blog belicosero. Pero el misticismo de "M.A.S.H", una comedia ambientada en la guerra donde el único disparo que suena lo ofrece un árbitro durante el transcurso de un partido de fútbol americano, obligaba a su revisionado para realizar la presente entrada. El hecho de tocar, muy de refilón, Corea, la obligaba a incluir en la temática de este 2021.
Veamos qué tenemos: Tres tipos pasados de rosca, revistas guarras, crítica a la religión, mujeres desnudas o semidesnudas, sexo, bromas de mal gusto, golf, fútbol americano, trampas... Todo con una guerra de fondo que apenas se nos muestra en pequeñas dosis. Eso sí, cuando estas llegan, la cantidad de sangre nos devuelve por momentos a la dura realidad, si bien quienes intentan salvar vidas parecen entretenidos en conversaciones que les alejen del horror.
En definitiva, la película fue muy bien lanzada en Vietnam, al mostrar desde cerca del frente a un grupo de médicos y enfermeras dispuestos a pasar bien el rato de la misma manera que en "Platoon", "Apocalypse now" o "La chaqueta metálica" los protagonistas cuando no estaban en combate no paraban de mostrar la socarronería, el sexo, alcohol y drogas como única vía dr escape del infierno. En "M.A.S.H." los excesos al tratarse de una sátira se compran pero uno acaba por no saber bien si está criticando la guerra o si se lo están pasando bien.
El caso es que nuestros protagonistas añorarán su estancia allí en el futuro. Espléndidos Gould, Sutherland y Skerrit, ese trío de artistas a los que la guerra les da igual y sólo han ido, parece ser, a pasarlo bien, como llega a mostrar cada momento de humor, con ese homenaje/parodia a la última cena (que nos recordará inevitablemente a "Doce del Patíbulo") como punto álgido en cuanto a la crítica religiosa se refiere. Religión profesa en el personaje de Robert Duvall que se ligará a la nueva oficial 'cañón' de turno.
Hoy en día, la irreverencia sexual y el libertinaje de la película serían tildados de excesivos por los nuevos cánones. Incluso para la época mostraba al ejército (o a su cuerpo médico) como una cuadrilla de payasos a los que podría darles igual la vida de sus soldados. Pero, no nos equivoquemos, Altman deja claro en cada escena de combate que las vidas importan, si bien los protagonistas parezcan ajenos al sufrimiento mediante los chascarrillos durante 'la acción' y el deleite sexual de puertas de hospital hacia fuera.
Por el camino, la crítica militarista está. Con especial mención, por alusiones, a la escena donde el oficial médico de mayor graduación se queja de la no presencia del General debido a un "partido de fútbol americano". Lo curioso de la situación es que la frase la suelta mientras está absorbido por la pesca, una de sus aficiones. El sexo opuesto, como la mayoría de protagonistas de cualquier sexo en la producción, serán su otra afición.
Como escenas destacables de la gamberrada puede haber muchas, pero toca destacar el desnudo casi gratuito de su protagonista femenina ante la atenta mirada de los incorregibles cirujanos y enfermeras (lo cuál tiene su guasa) como un momento que se suela recordar o la mencionada escena de la "última cena". Sexo aparte, el partido de fútbol americano final con Fred Williamson como arma secreta se llevaría la palma. Un partido que nada tiene que ver con la guerra pero que servirá en futuras producciones deportivas como ejemplo repleto de topicazos.
Entre broma y broma se nos pasan los 105 minutos de metraje asistiendo más a una alocada comedia juvenil que a un campo de batalla, algo que no sentaría del todo bien al Ejército USA ni a su querido cuerpo médico, si bien serviría para hacer de "M.A.S.H." algo fresco, gamberro y diferente que provocaría un éxito increible para una película a la que no había tantos medios destinados, pues su productora estaba con "Patton" y "Tora Tora Tora" por el camino.
El film obtuvo muy buenas críticas, llegó a convertirse en la segunda comedia más taquillera de la historia en EEUU en su momento y llegó a los Óscars (donde triunfó "Patton") obteniendo 5 nominaciones, incluida Película o Director y llevándose el de Mejor Guión Adaptado. Sirvió para elevar a Robert Altman como director y a que la producción, pese a no tener secuela, tuviera una serie que aguantaría en cadena el resto de la década de los 70, con Alan Alda de protagonista, si bien apenas uno de sus actores (el que hace el rol de radar) repetiría en el elenco.
En lo que respecta a esta crítica, una entretenida diversión. Una sátira no sabría decir si del todo acertada, pese a su riesgo, que cumple su función pero de la cuál me sorprende tanto éxito de crítica. Uno pasa el rato, sin duda, pero parece más apta para el público adolescente en muchos momentos, antes que a uno más adulto al que Vietnam (o Corea) le hubiera estallado en la cara.
Nota: 6,5
Lo Mejor: El tono picantón y desenfadado
Lo Peor: Que su mensaje pueda quedar diluido dentro de la gamberrada
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