Hace pocos meses, en esta misma sección dedicada al cine bélico europeo, me zambullí en las alcantarillas del Varsovia de 1944 para hablar de "Kanal", una de las grandes obras del polaco Andrzej Wajda, director muy ligado estrechamente al cine histórico-bélico de su país y que se inició en el mundo del largometraje con una trilogía dedicada a la II Guerra Mundial. Trilogía a la que pertenecía "Kanal", su segunda obra. Hoy vengo a hablar de la algo más modesta "Generación", donde el director muestra sus armas que mejoraría en la siguiente película.
La producción nos mete de lleno en Varsovia durante la ocupación alemana. No se nos dice año, pero sabemos que es mucho antes que "Kanal", tanto por la situación bélica como por el hecho de que una de las escenas más movidas tiene que ver con la sublevación en el Ghetto de Varsovia por parte de los judíos. El protagonismo, a diferencia de "Kanal" donde era mucho más coral, aquí recae en su mayoría en un joven que poco a poco irá entrando de lleno en el movimiento de la Resistencia. Si en "Kanal" los resistentes ya eran veteranos luchadores, aquí se muestra como jóvenes eran captados para la causa de luchar por la liberación.
También toca recalcar que dentro del movimiento resistente podía haber diferentes tipos de personas, puesto que aunque aquí se nos muestra un grupo claramente proletariado y comunista, no todos debían ser así, tal y como comprenderemos en el tramo final donde van a buscar al joven Stach, que había robado una pistola. El protagonista, que comienza y acaba la película en el mismo punto, pasará por diferentes momentos a lo largo de la película. Ese inicio intentando colarse y robar en un tren, que nada tiene que ver con la resistencia dará paso a una dura vida donde ganarse el pan.
Sus ideas quizás cercanas al comunismo aunque desde su inocencia no sea consciente le acabarán llevando por donde el resto de personas quieren que vaya. Primero, su mentor, el que acabará invitándole a formar parte de algo más grande, y después la presencia femenina de la película, una Dorotta cuyos encantos harán sucumbir a Stach que, embriagado de amor y de ideas comunistas aceptará todo lo que vaya cayendo en sus manos. Dorotta, en el fondo, no es si no quien acaba empujándole por ese inevitable camino por el que pasó toda una generación de jóvenes polacos. A ellos va dedicada la película.
Esa "Generación" del título que perfectamente refleja el amargor del final, que muestra a las claras como los jóvenes fueron empujados (o se empujaron a ellos mismos) a luchar por la patria, en muchas ocasiones sin saber ni siquiera por qué lo hacían. El recalcado mensaje comunista es inevitable si tenemos en cuenta que fue rodada en 1954, con la presencia soviética a la vuelta de la esquina. De hecho, en "Kanal" Wajda insinúa pero no acusa abiertamente a los soviéticos de haberse parado a las puertas de la ciudad provocando la matanza.
Aquí, el comunismo está presente, pero acaba siendo un arma de doble filo. Por un lado podemos creer estar ante un panfleto de cine prosoviético de la época, pero al mismo tiempo la dureza de algunas escenas o el camino que acaba enfangando a todos sus protagonistas, desde Stach que ve la dureza de la guerra de la que debe huir, su romance con Dorotta, o ese amigo que acaba tomando una serie de catastróficas decisiones que implican las dos mejores escenas de la película, nos acaban dejando entrever que no es oro todo lo que reluce y que la película toma su propio camino pareciendo insinuar que el camino comunista pudiera haber llevado a la muerte a numerosos jóvenes que defendieron a su país.
Sea un camino o el otro, en "Generación" tenemos algunos detalles del Wajda artista, como esa escena que detallaré a posteriori con las escaleras de caracol como protagonistas en un plano hipnótico, o ese inicio con un travelling y panorámica que sería la misma manera con la que arrancaría "Kanal". La ocarina, presente en ambas películas con su remarcado sonido de lo amargo, es otro de los detalles marca de la casa. Sin duda, los ingredientes que harían de "Kanal" una gran obra están ahí. Pero al mismo tiempo, la producción tiene un toque muy cercano al neorrealismo italiano, muy cercana a "Roma: Ciudad abierta" en cuanto a cómo está realizada.
Todo ello junto, hace de "Generación" una buena ópera prima. Su duración, que no llega a la hora y media, ayuda al espectador a digerir de buen agrado un drama con trasfondo bélico como este. Pero la producción no tiene el carisma ni la dureza que tendría la laberíntica "Kanal" y eso se nota desde casi el primer fotograma. Se trata de una obra algo menor, posiblemente víctima de su tiempo y del presupuesto. Pero, como digo, sirvió para dar a conocer a un grandísimo director, todavía presente, como es el bueno de Andrzej Wajda.
Escenas
La producción nos mete de lleno en Varsovia durante la ocupación alemana. No se nos dice año, pero sabemos que es mucho antes que "Kanal", tanto por la situación bélica como por el hecho de que una de las escenas más movidas tiene que ver con la sublevación en el Ghetto de Varsovia por parte de los judíos. El protagonismo, a diferencia de "Kanal" donde era mucho más coral, aquí recae en su mayoría en un joven que poco a poco irá entrando de lleno en el movimiento de la Resistencia. Si en "Kanal" los resistentes ya eran veteranos luchadores, aquí se muestra como jóvenes eran captados para la causa de luchar por la liberación.
También toca recalcar que dentro del movimiento resistente podía haber diferentes tipos de personas, puesto que aunque aquí se nos muestra un grupo claramente proletariado y comunista, no todos debían ser así, tal y como comprenderemos en el tramo final donde van a buscar al joven Stach, que había robado una pistola. El protagonista, que comienza y acaba la película en el mismo punto, pasará por diferentes momentos a lo largo de la película. Ese inicio intentando colarse y robar en un tren, que nada tiene que ver con la resistencia dará paso a una dura vida donde ganarse el pan.
Sus ideas quizás cercanas al comunismo aunque desde su inocencia no sea consciente le acabarán llevando por donde el resto de personas quieren que vaya. Primero, su mentor, el que acabará invitándole a formar parte de algo más grande, y después la presencia femenina de la película, una Dorotta cuyos encantos harán sucumbir a Stach que, embriagado de amor y de ideas comunistas aceptará todo lo que vaya cayendo en sus manos. Dorotta, en el fondo, no es si no quien acaba empujándole por ese inevitable camino por el que pasó toda una generación de jóvenes polacos. A ellos va dedicada la película.
Esa "Generación" del título que perfectamente refleja el amargor del final, que muestra a las claras como los jóvenes fueron empujados (o se empujaron a ellos mismos) a luchar por la patria, en muchas ocasiones sin saber ni siquiera por qué lo hacían. El recalcado mensaje comunista es inevitable si tenemos en cuenta que fue rodada en 1954, con la presencia soviética a la vuelta de la esquina. De hecho, en "Kanal" Wajda insinúa pero no acusa abiertamente a los soviéticos de haberse parado a las puertas de la ciudad provocando la matanza.
Aquí, el comunismo está presente, pero acaba siendo un arma de doble filo. Por un lado podemos creer estar ante un panfleto de cine prosoviético de la época, pero al mismo tiempo la dureza de algunas escenas o el camino que acaba enfangando a todos sus protagonistas, desde Stach que ve la dureza de la guerra de la que debe huir, su romance con Dorotta, o ese amigo que acaba tomando una serie de catastróficas decisiones que implican las dos mejores escenas de la película, nos acaban dejando entrever que no es oro todo lo que reluce y que la película toma su propio camino pareciendo insinuar que el camino comunista pudiera haber llevado a la muerte a numerosos jóvenes que defendieron a su país.
Todo ello junto, hace de "Generación" una buena ópera prima. Su duración, que no llega a la hora y media, ayuda al espectador a digerir de buen agrado un drama con trasfondo bélico como este. Pero la producción no tiene el carisma ni la dureza que tendría la laberíntica "Kanal" y eso se nota desde casi el primer fotograma. Se trata de una obra algo menor, posiblemente víctima de su tiempo y del presupuesto. Pero, como digo, sirvió para dar a conocer a un grandísimo director, todavía presente, como es el bueno de Andrzej Wajda.
Escenas
Dos son las escenas que mayor poso dejan en el espectador. La primera de ellas es la de la taberna o bar. En la misma, Stach y su amigo entrarán en un bar donde un oficial alemán flirtea con una polaca. Es un alemán que golpea despiadadamente a los jóvenes polacos. Tras sacar la pistola y apuntar al alemán, la joven polaca huirá gritando y, ante tal momento de locura, el amigo de Stach no dudará en disparar sobre el alemán. Vemos como gasta todas las balas posibles con un rostro de energúmeno. El plano cambia de lado para mostrarnos el destrozo en la mesa, así como al alemán acribillado. Al huir de allí, el amigo de Stach acabará teniendo la doble sensación, por un lado la de la locura de no saber qué está haciendo para, posteriormente, abrazar la gloria de creerse un auténtico héroe por su gesta.
Posteriormente, y aunque Dorotta les haya avisado de que ellos combaten de otra manera, sin necesidad de armas, el amigo de Stach acabará involucrado en la lucha por el Ghetto de Varsovia. En la misma, y obligado a huir de todo un pelotón de soldados del III Reich, acabará entrando en un edificio y subiendo las escaleras de caracol que he comentado. Mientras huye, consigue acabar con la vida de unos cuantos soldados nazis antes de que llegue al ático. Allí, horrorizado contemplará que no tiene salida. La misma que les esperaba a los protagonistas de "Kanal" en unas alcantarillas que eran como un paredón. Atrapado y sin más opciones, el joven polaco acabará lanzándose al vacío. El plano, desde tierra, del cuerpo cayendo ante la mirada de soldados alemantes que están en diferentes pisos a lo largo de esas escaleras que parecen llevar al infinito, es hipnótico, sensacional. Marca de la casa.
Nota: 6,25
Lo Mejor: El sello Wajda en algunas escenas como la de la escalera de caracol
Lo Peor: Fácil de olvidar tanto como película como mensaje, sobretodo si eres ajeno a la lucha polaca.
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