Clint Eastwood es uno de los grandes de la historia del cine. Tanto como actor por su "El bueno, el feo y el malo" como director por joyas como "Sin perdón". En el cine bélico ha tenido brillantes incursiones en títulos como "El desafío de las águilas" o "Los violentos de Kelly" a la par que tras las cámaras con, por ejemplo, ese doblete que supuso "Cartas desde Iwo Jima" y "Banderas de nuestros padres". Por el camino, eso sí, tiene algún título menor bastante olvidado como es el caso de la película que os traigo hoy: "Firefox, el arma definitiva".
En ella, Clint Eastwood se marca un Juan Palomo que tantas veces ha hecho. Dirige y protagoniza este proyecto ambientado en la Guerra Fría y rodado en la misma época. Pongámonos en situación, ya que estamos en 1982 y aunque el final de la URSS todavía le queda casi toda la década, la realidad es que el nivel de potencia mundial ha ido cayendo con el tiempo. El cine "cenizo" de los años 60 que nos avisaba de los desastres nucleares ya se ha dejado atrás, y ahora toca hace unas películas más aventureras. La victoria americana está cerca y por ello el tono de "Firefox" es de vencedores claros, al estilo de la saga Rambo o Rocky cuando se trataba de doblegar al gigante comunista.
Eastwood se mete de lleno en el proyecto que mezcla una trama de Thriller con sus dosis de suspense y un poquito (poco) de acción, y en la segunda parte se centra en una película de aviación, donde los soviéticos intentan darle caza. El avión, no obstante, es protagonista omnipresente de la película pero, a la vez está escondido. A lo largo de media película porque es el objetivo de nuestro protagonista y, posteriormente, porque la acción se centra, sorprendentemente, mucho más en los intentos de caza por parte del Ejército soviético que en el piloto interpretado por Clint Eastwood.
Vayamos por partes en el breve análisis de la película. Eastwood da vida a un es oficial de las Fuerzas Aéreas de los USA. Ex-combatiente en Vietnam por lo que nos muestra una breve escena en la cuál llega a ser hecho prisionero y están siendo transportado dentro de una pequeñísima prisión de madera cuando consiguen rescatarlo. Hasta ahí ese breve escarceo vietnamita que volveremos a ver en un pequeño flashback más adelante. Mientras se nos muestra esas imágenes, vemos como llega un miembro de la CIA a una cabaña en un recóndito bosque de Alasca a encontrar a ese retirado oficial. Retirado del ejército y, parece ser, de la vida.
Conseguirán convencerle fácilmente de cumplir una peligrosa misión: Ir a la URSS bajo una identidad falsa, llegar (con ayuda de resistentes anticomunistas) hasta el avión de última generación Firefox, capaz de ganar una guerra él solito, y una vez "robado" el avión, traerlo a territorio de Occidente.
A partir de ahí la primera parte nos recuerda por momentos al cine de la IIGM con misiones con la resistencia de por medio. Nuestro querido Eastwood no se entera muy bien de donde le vienen las hostias pero consigue salir airoso no sin ayuda de algún que otro colaborador, como es el caso de ese checoslovaco que parece pretender vendetta del ejército comunista. Este será el enlace clave con la misión y, al mismo tiempo, el personaje entrañable de la película. A destacar ese plano cuando, a punto de ser atrapado por los soviéticos observa en el aire como vuela el Firefox. Misión cumplida, ya puede morir tranquilo y, antes de ser capturado, coge su pistola y el cambio de plano nos anuncia su fatal (o Happy end) desenlace.
Es uno de los pequeños detalles a destacar de la producción, cuya primera parte sin llegar a ser floja, no nos transporta a todo el peligro que una misión así debería transportarnos. La película no consigue coger su ritmo en ese tramo. A ratos algo pausado y en otros un tanto acelerado, pero sin llegar a captar la atención del espectador que observa lo que sucede pero no acaba enganchado con una trama a la que se le podría haber sacado mayor sustancia.
La segunda parte de la película, sin embargo, sí tiene algunos ingredientes de buen cine... pero no de aviación, cosa curiosa cuando la película parece transportarnos al espacio aéreo. Con planos aéreos un tanto interesantes para la época, es en la parte soviética donde toca hacer verdadero hincapié. Si en la primera parte se iban alternando las peripecias de Eastwood con el de un agente de la KGB dispuesto a darle caza, en la segunda parte estamos en una base de operaciones soviética y el intento de dar caza.
Como en un juego del gato y el ratón, los soviéticos intentan averiguar donde se esconde su Firefox extraviado para poderle dar caza con el otro prototipo. Es en las escenas de despachos, alternadas con los planos aéreos de Eastwood, donde la película coge un poco de aire fresco y parece darnos lo que uno pretendía desde el principio. De todos modos, los diálogos entre los soviéticos y Eastwood, con chascarrillos poco prometedores, no le hacen nada bien a una película que parece acabar siendo un quiero y no puedo. Y eso pese a sus últimos 10 minutos que cumplen el expediente, con una batalla aérea que recuerda a la saga Star Wars (por algo los efectos especiales tienen el mismo sello).
No hace falta destripar muchos más entresijos de una producción con ciertos tópicos y cuya trama nos la dan bastante masticada para ser apta de digerir para todo tipo de públicos. No hay el suspense necesario para engancharnos de principio a fin, ni la suficiente acción para entretenernos. Queda una correcta película que podría haber sido bastante más en manos de un director de nivel. Pero no parece que le pusiera excesivo empeño el bueno de Clint a lo largo del par de horas de metraje. Ni como director, justito, ni como actor en un papel que parece no acabar de sentarle bien.
Nota: 5
Lo Mejor: La segunda parte de la película
Lo Peor: No coge ritmo para enganchar al espectador.
En ella, Clint Eastwood se marca un Juan Palomo que tantas veces ha hecho. Dirige y protagoniza este proyecto ambientado en la Guerra Fría y rodado en la misma época. Pongámonos en situación, ya que estamos en 1982 y aunque el final de la URSS todavía le queda casi toda la década, la realidad es que el nivel de potencia mundial ha ido cayendo con el tiempo. El cine "cenizo" de los años 60 que nos avisaba de los desastres nucleares ya se ha dejado atrás, y ahora toca hace unas películas más aventureras. La victoria americana está cerca y por ello el tono de "Firefox" es de vencedores claros, al estilo de la saga Rambo o Rocky cuando se trataba de doblegar al gigante comunista.
Eastwood se mete de lleno en el proyecto que mezcla una trama de Thriller con sus dosis de suspense y un poquito (poco) de acción, y en la segunda parte se centra en una película de aviación, donde los soviéticos intentan darle caza. El avión, no obstante, es protagonista omnipresente de la película pero, a la vez está escondido. A lo largo de media película porque es el objetivo de nuestro protagonista y, posteriormente, porque la acción se centra, sorprendentemente, mucho más en los intentos de caza por parte del Ejército soviético que en el piloto interpretado por Clint Eastwood.
Vayamos por partes en el breve análisis de la película. Eastwood da vida a un es oficial de las Fuerzas Aéreas de los USA. Ex-combatiente en Vietnam por lo que nos muestra una breve escena en la cuál llega a ser hecho prisionero y están siendo transportado dentro de una pequeñísima prisión de madera cuando consiguen rescatarlo. Hasta ahí ese breve escarceo vietnamita que volveremos a ver en un pequeño flashback más adelante. Mientras se nos muestra esas imágenes, vemos como llega un miembro de la CIA a una cabaña en un recóndito bosque de Alasca a encontrar a ese retirado oficial. Retirado del ejército y, parece ser, de la vida.
Conseguirán convencerle fácilmente de cumplir una peligrosa misión: Ir a la URSS bajo una identidad falsa, llegar (con ayuda de resistentes anticomunistas) hasta el avión de última generación Firefox, capaz de ganar una guerra él solito, y una vez "robado" el avión, traerlo a territorio de Occidente.
A partir de ahí la primera parte nos recuerda por momentos al cine de la IIGM con misiones con la resistencia de por medio. Nuestro querido Eastwood no se entera muy bien de donde le vienen las hostias pero consigue salir airoso no sin ayuda de algún que otro colaborador, como es el caso de ese checoslovaco que parece pretender vendetta del ejército comunista. Este será el enlace clave con la misión y, al mismo tiempo, el personaje entrañable de la película. A destacar ese plano cuando, a punto de ser atrapado por los soviéticos observa en el aire como vuela el Firefox. Misión cumplida, ya puede morir tranquilo y, antes de ser capturado, coge su pistola y el cambio de plano nos anuncia su fatal (o Happy end) desenlace.
Es uno de los pequeños detalles a destacar de la producción, cuya primera parte sin llegar a ser floja, no nos transporta a todo el peligro que una misión así debería transportarnos. La película no consigue coger su ritmo en ese tramo. A ratos algo pausado y en otros un tanto acelerado, pero sin llegar a captar la atención del espectador que observa lo que sucede pero no acaba enganchado con una trama a la que se le podría haber sacado mayor sustancia.
La segunda parte de la película, sin embargo, sí tiene algunos ingredientes de buen cine... pero no de aviación, cosa curiosa cuando la película parece transportarnos al espacio aéreo. Con planos aéreos un tanto interesantes para la época, es en la parte soviética donde toca hacer verdadero hincapié. Si en la primera parte se iban alternando las peripecias de Eastwood con el de un agente de la KGB dispuesto a darle caza, en la segunda parte estamos en una base de operaciones soviética y el intento de dar caza.
Como en un juego del gato y el ratón, los soviéticos intentan averiguar donde se esconde su Firefox extraviado para poderle dar caza con el otro prototipo. Es en las escenas de despachos, alternadas con los planos aéreos de Eastwood, donde la película coge un poco de aire fresco y parece darnos lo que uno pretendía desde el principio. De todos modos, los diálogos entre los soviéticos y Eastwood, con chascarrillos poco prometedores, no le hacen nada bien a una película que parece acabar siendo un quiero y no puedo. Y eso pese a sus últimos 10 minutos que cumplen el expediente, con una batalla aérea que recuerda a la saga Star Wars (por algo los efectos especiales tienen el mismo sello).
No hace falta destripar muchos más entresijos de una producción con ciertos tópicos y cuya trama nos la dan bastante masticada para ser apta de digerir para todo tipo de públicos. No hay el suspense necesario para engancharnos de principio a fin, ni la suficiente acción para entretenernos. Queda una correcta película que podría haber sido bastante más en manos de un director de nivel. Pero no parece que le pusiera excesivo empeño el bueno de Clint a lo largo del par de horas de metraje. Ni como director, justito, ni como actor en un papel que parece no acabar de sentarle bien.
Nota: 5
Lo Mejor: La segunda parte de la película
Lo Peor: No coge ritmo para enganchar al espectador.
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