La película de hoy está dirigida por un oscarizado director especialista en el género bélico y fue rodada durante la II Guerra Mundial. ¿Queréis más pistas? Si al título ficticio y a lo de "oscarizado director" le queréis añadir más, comentar que los dos actores con más peso del proyecto volverían a rodar con el mismo director un nuevo film bélico antes de acabar el conflicto, aunque en esa ocasión los hechos tenían lugar en el frente europeo.
Tras bombardear Tokio en el famoso raid de Doolittle, un grupo de pilotos norteamericanos es hecho prisionero de los japoneses y enviado a un juicio. Ya desde el principio vemos por donde irán los tiros cuando los japoneses censuran a parte de la prensa, dejando pasar únicamente a aliados del país del sol naciente. Comienza el juicio y se les acusa de haber bombardeado escuelas, hospitales y demás civiles, algo que uno de los periodistas allí presentes irá reconociendo que es falso.
Un chino, gobernador de su región, testificará en contra de los pilotos a los que él mismo traicionó. Será su hijo quien, mientras se observa un video repleto de montaje con imágenes que no son de los hechos (manipulación al poder), acabará acuchillando a su padre y reconociendo que lo hace porque él es un "soldado de China", un claro mensaje al espectador de que los chinos son aliados, y toca diferenciarlos de los japoneses e incluso de ese traicionero chino que traicionó a los norteamericanos.
El resto de la película se centrará en ir viendo como uno a uno se van llevando a diferentes miembros. Algunos acabarán perdiendo la voz, otros en estado de shock totalmente locos, a otro le rompen el brazo y un último aparecerá con las manos rodas y con guantes. Nadie hablará. Interesante destacar una conversación entre el General Mitsubi y el capitán protagonista (una estrella de la época con un buen cv bélico pero cuya película más prestigiosa tiene lugar en la posguerra) donde este último llegará a lava la imagen del General MacArthur alegando que posiblemente cumplía órdenes cuando abandonó las Filipinas. Y que él, y sus hombres, no hablarán porque también cumplen órdenes.
Peses a todas las torturas habidas y por haber, y aunque Mitsubi confía en corromperles, estos valientes norteamericanos llegarán a rechazar el pacto que les proponen de perdonarles la vida y mandarles a un campo de prisioneros a cambio de la información de qué base habían salido y quienes eran los oficiales superiores. El capitán acabará tomando la palabra tras uno de sus subordinados y lanzará un alegato antijaponés, de los que gustaba en la época. Orgullosos, caminarán a la muerte.
Capt.: "Pueden matarnos a todos nosotros, pero si creen que eso va a asustar a los Estados Unidos de América e impedir que envíen más aviadores a bombardearos, se equivocarán. Vendrán de noche y vendrán de día, miles de ellos. Oscurecerán sus cielos y quemarán sus ciudades. Y harán que se arrodillen y supliquen misericordia.
Esta es su guerra. Ustedes la querían, la pidieron, la empezaron... y la tendrán. Y no terminará hasta que su sucio imperio desaparezca de la faz de la tierra".
Sin duda alguna, este discurso es el clímax de la película. Lanzado por su protagonista principal como un alegato en contra del Imperio Japonés, gran enemigo de los norteamericanos por el ataque infame a Pearl Harbor. Tras el mismo, los pilotos protagonistas se mueven camino del paredón, orgullosos de sí mismos, sabiendo que lo han dado todo por la patria en contra del enemigo nipón. El hecho de que el General japonés rival se suicide al término del discurso deja un sabor a orgullosa victoria.
La película es un entretenido drama bélico judicial. Sin escenas de combate, se centra en exclusiva en un juicio que no deja de ser un "linchamiento" en toda regla, donde todo está teledirigido y el destino de los pilotos se sabe desde el principio. A pesar de ello, el espectador asiste más o menos interesado al juicio, acompañado de algún flashback pero, sobretodo, de esas escenas entre medio donde uno a uno van siendo enviados a ser torturados.
Hay que aplaudir la labor de un artesano del cine bélico con horas de vuelo. No es ni de lejos de sus mejores obras bélicas, ni siquiera de sus mejores películas sobre la II Guerra Mundial. Pero es un interesante relato basado en hechos reales que merece la pena contemplar. Sobretodo si, como me sucede a mi, se está interesado en ese cine patriótico antijaponés rodado durante el propio conflicto.
Ahora, os toca a vosotros adivinar el título real de la película
"El corazón púrpura" (The Purple Heart) es el título original de este clásico del cine bélico rodado en 1944. Tras las cámaras, el grandísimo Lewis Milestone ("Sin novedad en el frente"), y como actor protagonista Dana Andrews ("Los mejores años de nuestra vida"), junto a Richard Conte. Ambos trabajarían de nuevo con el director en su siguiente proyecto bélico: "Un paseo bajo el sol".
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