Las tropas aliadas habían desembarcado en Normandía el 6 de junio de 1944. Mientras tanto, en el Frente del Este los soviéticos encadenaban victoria tras victoria rumbo a Berlín. Una vez liberada la URSS tocaba pisar Polonia. De este modo, y cuando los soviéticos estaban a las puertas de Varsovia, la Resistencia polaca inició una sublevación contra el Ejército alemán. Los soviéticos se pararon a las puertas de la ciudad, sabiendo que de este modo los polacos harían el trabajo sucio (y que, posteriormente, sería más fácil gobernar el país si se había extinguido la juventud revolucionaria).
Estos hechos los vimos en la película de Andrzej Wajda: "Kanal" (1957) vencedora del Premio del Jurado en el Festival de Cannes, una claustrofóbica película que nos mostraba a los polacos, como ratas, intentando sobrevivir en las alcantarillas, buscando una salida que no encuentran. Pero la película que he escogido para hablar del tema es "Varsovia 1944", film rodado hace escasos años y que al no tenerlo visto quería probarlo. No se centra tanto en el alcantarillado y sí en el paso de los días por los diferentes puntos de la ciudad.
Sinopsis
Stefan es un joven polaco que vive en Varsovia con su madre, actriz de profesión, y con su hermano pequeño. Atraido por su amistad (y quizá algo más) con Kama, y por un espíritu independentista, se unirá a un grupo de jóvenes de la Resistencia con el objetivo de formar parte del levantamiento que habrá el 1 de agosto de 1944 contra las tropas alemanas, conocedores de que los soviéticos están a las puertas de la ciudad, abriéndoles camino, de este modo.
Dentro de ese grupo revolucionario, se encontrará también con la rubia Biedronka, amiga de Kama y que se siente atraida por Stefan, formando así un triángulo amoroso que hará cierto daño a la película. Tras una noche con sus nuevos amigos, violando el toque de queda, a la mañana siguiente su madre le echará la bronca al creerle muerto. Stefan marcha de casa a pesar de los ruegos de su hermano pequeño de que no le abandone.
Se inicia la revolución y el grupo de Stefan tiene el primer contacto con el enemigo en una escaramuza en una casa poco custiodiada por alemanes donde liberarán a prisioneros judíos. La felicidad se nota en unos polacos que creen que todo acabará pronto. Sin embargo, los alemanes contraatacarán con furia y sin piedad, dejando la ciudad hecha escombros, mientras los soviéticos se detienen al otro lado del río, sin cruzar, dejando que la masacre y la barbarie sigan su curso.
El contraataque alemán provoca que un nuevo grupo al que es destinado Stefan sea abatido, oficial al mando incluido. Stefan intenta huir pero también cae herido. Aturdido acabará llegando a su casa donde pasará la noche. Al despertar comprueba que la casa está en ruinas, y por el hueco de la ventana observa como su madre y hermano son asesinados a sangre fría por un oficial alemán. Es enviado al hospital pero, nuevamente, la ferocidad alemana se deja notar bombardeando el hospital.
Biedronka (la rubia) irá a su búsqueda, no sin antes persuadir/engañar a Kama. La guerra de féminas por ganarse el corazón del joven protagonista está servida. Biedronka tira de él, herido, para sacarlo del hospital y llevarlo a lugar seguro. Por el camino sucederán mil y una penurias. Verán volar un tanque y a numerosos civiles desmembrados por el cielo, sobrevivirán a las alcantarillas y estarán en un hospital donde son bombardeados. Todo eso antes de que Stefan abandone a su amada (no se sabe bien por qué) y se una de nuevo a los milicianos, probablemente sediento de venganza.
Una vez ahí vemos los dos frentes. El de la joven Biedronka, que para buscar a su amado tendrá que negociar con un oficial polaco que intentará violarla (ella se defiende matando al oficial), y tras sobrevivir a diferentes ataques y ver el horror que los nazis están dejando a su paso, acabará ayudando en un hospital con los niños pequeños, y el de Stefan, que combate con sus viejos amigos y que acabará teniendo un flirteo amoroso (noche de sexo salvaje incluida) con Kama, para acabar de liar la historia.
Nuestros protagonistas volverán a unirse brevemente en vísperas de una batalla final. Los milicianos polacos están obligados a defender su puesto. Biedronka y Stefan conseguirán que durante una tregua heridos y civiles puedan huir de la ciudad al río antes del asalto final. Dicho asalto, con heroica defensa polaca, acabará con los polacos destrozados por un enemigo superior. Los pocos supervivientes intentarán huir, con Stefan a la cabeza, pero serán descubiertos. Tras un plano secuencia un tanto curioso, Stefan y Kama son los únicos supervivientes de la milicia, pero un tanque destrozará a la mujer, que antes de morir indicará a Stefan que su amada sigue en el hospital.
Vemos como Biedronka está con los niños en el hospital, cuando llega un oficial alemán que se ríe. No vemos nada más, y por la noche Stefan, totalmente ido de la cabeza por todo lo que ha sucedido y las heridas de guerra, llegará al hospital, donde contemplará horrorizado la pila de muertos desnudos que ahí aguardan. Creyendo que su amada ha muerto y siendo descubierto por el enemigo, se apuntará con la pistola en la boca. El oficial alemán que tiene delante a la hora de apretar el gatillo dispara al suelo y se marcha, cansado de todo eso.
Stefan tiene una nueva vida, una nueva oportunidad, y correrá hacia el río a buscar salir de ese infierno llamado Varsovia. Lo conseguirá, y al otro lado del río, contemplando una ciudad en decadencia, está su amada Biedronka. ¿Final onírico o real? Cada uno puede sacar sus conclusiones de si todo eso es un sueño del aturdido Stefan o si, de verdad, ha conseguido sobrevivir junto a su amada. Lo que está claro son las cifras finales, donde se nos indica que de 900,000 habitantes de Varsovia antes del levantamiento, 200,000 murieron en la ciudad. Y que cuando la ciudad fue liberada definitivamente, únicamente 1000 personas de las que habían quedado dentro del centro de Varsovia, saldrían con vida.
Escenas
Película curiosa, que si bien no pasará a la historia del cine bélico contiene alguna que otra imagen diferente a lo visto hasta el momento. En primer lugar destacar los ramalazos freaks de su director cuando pone cámara lenta, música techno del Siglo XXI y a los protagonistas pululando por la pantalla. Dentro de dichas imagenes, a destacar la del cementerio, cuando los alemanes les sorprenden y eso es una carnicería. Un niño en un árbol siendo abatido, el oficial al mando perdiendo la cabeza instantes antes de morir y nuestro protagonista saliendo corriendo, intentando escapar, y siendo abatido en el último momento.
Otra de las imágenes a destacar es la de la tanqueta. Los polacos consiguen una tanqueta y parte de la población camina junto a ella festejándolo. De pronto, cuando la hemos perdido de vista en el plano, sucede una explosión. La tanqueta estalla llevándose consigo todo lo que tiene cerca. A la chica protagonista le empieza a caer gotas de sangre en las manos y el rostro y, acto seguido, se inicia una lluvia de miembros, brazos y piernas por todos lados y la gente cobijándose donde puede.
Por último, destacar ese ligero homenaje a Andrzej Wajda en una de las escenas. Justo tras lo de la tanqueta, los protagonistas van a parar a un alcantarillado. Ahí les caen granadas teniendo que huir como ratas bajo tierra. Con un toque surrealista, vemos el agobio de la protagonista, que pierde la mano de su amado y comienza a delirar. Vemos como las paredes le atrapan, en unas imágenes oníricas que concluyen con alguien sacándola de ahí, para pasar a ver el plano de como desde arriba, le ayudan a salir de las alcantarillas.
Crítica
Varsovia 1944 no es una gran película, ni se acerca al tono épico que la haga memorable. Sirve como relato interesante de los hechos que marcaron a todo el país polaco, pero poco más. Una película que para quienes no hayan visto nada al respecto, puede impactar aún más. Pero que teniendo a Andrzej Wajda como polaco encargado de la memoria histórica del país, el film de Komasa se queda pequeño.
No voy a ocultar que me pareció divertido, incluso una buena idea, ese toque freak de algunas secuencias, si bien se emplea en cinco ocasiones y en dos de ellas es para mostrarnos historias de amor en medio de la guerra. Un romanticismo que es, sin duda alguna, el punto flojo de la producción. Se consigue que empaticemos con los protagonistas en algún momento, sobretodo con el personaje principal femenino y las vueltas que da a lo largo de la película, pero el punto fuerte del film es el tratamiento de los civiles.
Esos civiles que van apareciendo y desapareciendo al paso de los protagonistas por la pantalla, mostrándonos diferentes historias pequeñas dentro de la capital polaca, son quienes dejan un buen regusto en el espectador. La barbarie, el apocalipsis varsovico, queda perfectamente representaado en esas partes de la película. Sin embargo, las buenas escenas de combate, con algún plano curioso (como ese que parece sacado de un videojuego donde vemos la cámara sobre la metralleta) quedan escasas ante la poca empatía que nos generan la larga ristra de secundarios.
Parecen estar de paso por la película pero se les da demasiado protagonismo a esos amigos que desaparecen y vuelven a aparecer en la historia para que en el tramo final les veamos marchar. ¿Para qué?, excesivas historias de amor abiertas a lo largo de la película, como si no quedara claro desde el primer momento que parte del film trata de todas aquellas almas quebrantadas por aquel verano del 44 en Varsovia. Flojea la película cuando intenta ser emotiva en ese aspecto.
En definitiva, nos queda un puro entretenimiento. Un buen ejercicio de cine bélico que se salva de las ruinas gracias a todo lo que rodea a los protagonistas y al buen hacer del dúo que encabeza el cartel. Le pierde, eso sí, el exceso de historias de amor y querer dar mayor peso y protagonismo a ciertos personajes que, como los civiles, hubieran ganado más cuanto menos hubieran aparecido en pantalla.
Nota: 5,75/10
Lo Mejor: Las penurias y la barbarie, la muerte y destrucción en la recreación de Varsovia.
Lo Peor: Querer contentar a demasiado público y calcar la fórmula de los protagonistas ampliándola a los secundarios.
Estos hechos los vimos en la película de Andrzej Wajda: "Kanal" (1957) vencedora del Premio del Jurado en el Festival de Cannes, una claustrofóbica película que nos mostraba a los polacos, como ratas, intentando sobrevivir en las alcantarillas, buscando una salida que no encuentran. Pero la película que he escogido para hablar del tema es "Varsovia 1944", film rodado hace escasos años y que al no tenerlo visto quería probarlo. No se centra tanto en el alcantarillado y sí en el paso de los días por los diferentes puntos de la ciudad.
Sinopsis
Stefan es un joven polaco que vive en Varsovia con su madre, actriz de profesión, y con su hermano pequeño. Atraido por su amistad (y quizá algo más) con Kama, y por un espíritu independentista, se unirá a un grupo de jóvenes de la Resistencia con el objetivo de formar parte del levantamiento que habrá el 1 de agosto de 1944 contra las tropas alemanas, conocedores de que los soviéticos están a las puertas de la ciudad, abriéndoles camino, de este modo.
Dentro de ese grupo revolucionario, se encontrará también con la rubia Biedronka, amiga de Kama y que se siente atraida por Stefan, formando así un triángulo amoroso que hará cierto daño a la película. Tras una noche con sus nuevos amigos, violando el toque de queda, a la mañana siguiente su madre le echará la bronca al creerle muerto. Stefan marcha de casa a pesar de los ruegos de su hermano pequeño de que no le abandone.
Se inicia la revolución y el grupo de Stefan tiene el primer contacto con el enemigo en una escaramuza en una casa poco custiodiada por alemanes donde liberarán a prisioneros judíos. La felicidad se nota en unos polacos que creen que todo acabará pronto. Sin embargo, los alemanes contraatacarán con furia y sin piedad, dejando la ciudad hecha escombros, mientras los soviéticos se detienen al otro lado del río, sin cruzar, dejando que la masacre y la barbarie sigan su curso.
El contraataque alemán provoca que un nuevo grupo al que es destinado Stefan sea abatido, oficial al mando incluido. Stefan intenta huir pero también cae herido. Aturdido acabará llegando a su casa donde pasará la noche. Al despertar comprueba que la casa está en ruinas, y por el hueco de la ventana observa como su madre y hermano son asesinados a sangre fría por un oficial alemán. Es enviado al hospital pero, nuevamente, la ferocidad alemana se deja notar bombardeando el hospital.
Biedronka (la rubia) irá a su búsqueda, no sin antes persuadir/engañar a Kama. La guerra de féminas por ganarse el corazón del joven protagonista está servida. Biedronka tira de él, herido, para sacarlo del hospital y llevarlo a lugar seguro. Por el camino sucederán mil y una penurias. Verán volar un tanque y a numerosos civiles desmembrados por el cielo, sobrevivirán a las alcantarillas y estarán en un hospital donde son bombardeados. Todo eso antes de que Stefan abandone a su amada (no se sabe bien por qué) y se una de nuevo a los milicianos, probablemente sediento de venganza.
Una vez ahí vemos los dos frentes. El de la joven Biedronka, que para buscar a su amado tendrá que negociar con un oficial polaco que intentará violarla (ella se defiende matando al oficial), y tras sobrevivir a diferentes ataques y ver el horror que los nazis están dejando a su paso, acabará ayudando en un hospital con los niños pequeños, y el de Stefan, que combate con sus viejos amigos y que acabará teniendo un flirteo amoroso (noche de sexo salvaje incluida) con Kama, para acabar de liar la historia.
Nuestros protagonistas volverán a unirse brevemente en vísperas de una batalla final. Los milicianos polacos están obligados a defender su puesto. Biedronka y Stefan conseguirán que durante una tregua heridos y civiles puedan huir de la ciudad al río antes del asalto final. Dicho asalto, con heroica defensa polaca, acabará con los polacos destrozados por un enemigo superior. Los pocos supervivientes intentarán huir, con Stefan a la cabeza, pero serán descubiertos. Tras un plano secuencia un tanto curioso, Stefan y Kama son los únicos supervivientes de la milicia, pero un tanque destrozará a la mujer, que antes de morir indicará a Stefan que su amada sigue en el hospital.
Vemos como Biedronka está con los niños en el hospital, cuando llega un oficial alemán que se ríe. No vemos nada más, y por la noche Stefan, totalmente ido de la cabeza por todo lo que ha sucedido y las heridas de guerra, llegará al hospital, donde contemplará horrorizado la pila de muertos desnudos que ahí aguardan. Creyendo que su amada ha muerto y siendo descubierto por el enemigo, se apuntará con la pistola en la boca. El oficial alemán que tiene delante a la hora de apretar el gatillo dispara al suelo y se marcha, cansado de todo eso.
Stefan tiene una nueva vida, una nueva oportunidad, y correrá hacia el río a buscar salir de ese infierno llamado Varsovia. Lo conseguirá, y al otro lado del río, contemplando una ciudad en decadencia, está su amada Biedronka. ¿Final onírico o real? Cada uno puede sacar sus conclusiones de si todo eso es un sueño del aturdido Stefan o si, de verdad, ha conseguido sobrevivir junto a su amada. Lo que está claro son las cifras finales, donde se nos indica que de 900,000 habitantes de Varsovia antes del levantamiento, 200,000 murieron en la ciudad. Y que cuando la ciudad fue liberada definitivamente, únicamente 1000 personas de las que habían quedado dentro del centro de Varsovia, saldrían con vida.
Escenas
Película curiosa, que si bien no pasará a la historia del cine bélico contiene alguna que otra imagen diferente a lo visto hasta el momento. En primer lugar destacar los ramalazos freaks de su director cuando pone cámara lenta, música techno del Siglo XXI y a los protagonistas pululando por la pantalla. Dentro de dichas imagenes, a destacar la del cementerio, cuando los alemanes les sorprenden y eso es una carnicería. Un niño en un árbol siendo abatido, el oficial al mando perdiendo la cabeza instantes antes de morir y nuestro protagonista saliendo corriendo, intentando escapar, y siendo abatido en el último momento.
Otra de las imágenes a destacar es la de la tanqueta. Los polacos consiguen una tanqueta y parte de la población camina junto a ella festejándolo. De pronto, cuando la hemos perdido de vista en el plano, sucede una explosión. La tanqueta estalla llevándose consigo todo lo que tiene cerca. A la chica protagonista le empieza a caer gotas de sangre en las manos y el rostro y, acto seguido, se inicia una lluvia de miembros, brazos y piernas por todos lados y la gente cobijándose donde puede.
Por último, destacar ese ligero homenaje a Andrzej Wajda en una de las escenas. Justo tras lo de la tanqueta, los protagonistas van a parar a un alcantarillado. Ahí les caen granadas teniendo que huir como ratas bajo tierra. Con un toque surrealista, vemos el agobio de la protagonista, que pierde la mano de su amado y comienza a delirar. Vemos como las paredes le atrapan, en unas imágenes oníricas que concluyen con alguien sacándola de ahí, para pasar a ver el plano de como desde arriba, le ayudan a salir de las alcantarillas.
Crítica
Varsovia 1944 no es una gran película, ni se acerca al tono épico que la haga memorable. Sirve como relato interesante de los hechos que marcaron a todo el país polaco, pero poco más. Una película que para quienes no hayan visto nada al respecto, puede impactar aún más. Pero que teniendo a Andrzej Wajda como polaco encargado de la memoria histórica del país, el film de Komasa se queda pequeño.
No voy a ocultar que me pareció divertido, incluso una buena idea, ese toque freak de algunas secuencias, si bien se emplea en cinco ocasiones y en dos de ellas es para mostrarnos historias de amor en medio de la guerra. Un romanticismo que es, sin duda alguna, el punto flojo de la producción. Se consigue que empaticemos con los protagonistas en algún momento, sobretodo con el personaje principal femenino y las vueltas que da a lo largo de la película, pero el punto fuerte del film es el tratamiento de los civiles.
Esos civiles que van apareciendo y desapareciendo al paso de los protagonistas por la pantalla, mostrándonos diferentes historias pequeñas dentro de la capital polaca, son quienes dejan un buen regusto en el espectador. La barbarie, el apocalipsis varsovico, queda perfectamente representaado en esas partes de la película. Sin embargo, las buenas escenas de combate, con algún plano curioso (como ese que parece sacado de un videojuego donde vemos la cámara sobre la metralleta) quedan escasas ante la poca empatía que nos generan la larga ristra de secundarios.
Parecen estar de paso por la película pero se les da demasiado protagonismo a esos amigos que desaparecen y vuelven a aparecer en la historia para que en el tramo final les veamos marchar. ¿Para qué?, excesivas historias de amor abiertas a lo largo de la película, como si no quedara claro desde el primer momento que parte del film trata de todas aquellas almas quebrantadas por aquel verano del 44 en Varsovia. Flojea la película cuando intenta ser emotiva en ese aspecto.
En definitiva, nos queda un puro entretenimiento. Un buen ejercicio de cine bélico que se salva de las ruinas gracias a todo lo que rodea a los protagonistas y al buen hacer del dúo que encabeza el cartel. Le pierde, eso sí, el exceso de historias de amor y querer dar mayor peso y protagonismo a ciertos personajes que, como los civiles, hubieran ganado más cuanto menos hubieran aparecido en pantalla.
Nota: 5,75/10
Lo Mejor: Las penurias y la barbarie, la muerte y destrucción en la recreación de Varsovia.
Lo Peor: Querer contentar a demasiado público y calcar la fórmula de los protagonistas ampliándola a los secundarios.
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