La IIGM Según el cine (Capítulo XI): "Enemigo a las puertas" (2001)

Prácticamente en paralelo a que en el Pacífico tuviera lugar la batalla de Guadalcanal, en Europa el ejército de la Alemania nazi se topó con los soviéticos en una contienda sangrienta: Stalingrado. Casi seis meses de duros combates a diario por una ciudad que venía de paso para lograr el petróleo necesario para sufragar el conflicto. Eso, y el empeño de Hitler de conseguir que la ciudad con nombre del máximo responsable de la Unión Soviética (Stalin) cayera rendida provocando así un golpe en la moral rusa.

El caso es que los soviéticos, mayoría, no dudaron en poner todas las tropas y personas disponibles por la causa. Ello, unido a la facilidad de "abastecerse" de mano de obra a diario (algo que los alemanes no conseguirían) equilibró la balanza tras el arranque demoledor de los alemanes. El estancamiento, el frío invierno que estaba por llegar y, por último, que el VI Ejército alemán quedaran acorralados, hicieron que los soviéticos lograsen una victoria sufrida, pero que alzaría la moral y supondría un punto de inflexión en la guerra, superior a Normandía.


Dentro del cine dedicado a dicho conflicto podría haber escogido el film alemán "Stalingrado", de 1958) que es quien mejor intenta detallar cronológicamente hechos históricos; o el más conocido de Joseph Vilsmaier, estrenado en 1993 y que a pesar de centrarse en cuatro soldados en concreto, tenía algunos de los detalles importantes del conflicto. También los rusos en este Siglo XXI han dedicado una película a la contienda. Sin embargo, me he decantado por "Enemigo a las puertas", puro cine de hazañas bélicas, porque en él se van viendo las diferentes etapas del conflicto a pesar de centrarse en la figura de un héroe ruso: Vassili Zaitsev, y su particular duelo con un francotirador alemán.

Sinopsis
Vassili Zaitsev (Jude Law), criado por su abuelo (no llegó a conocer a su padre) es un joven campesino ruso que llega a Stalingrado junto al resto de tropas tras un largo viaje en tren, donde llega a ver a una jóven rusa que le atrae (Rachel Weisz). Una vez llegado a Stalingrado y cruzado el Volga, donde parte de los hombres mueren en el transcurso del viaje por el ataque de la aviación alemana, se lanzan al combate. Al no haber suficientes fusiles para todos, se reparte un fusil a cada dos personas, y al otro munición. Si un hombre con fusil cae, quien no lo lleve deberá recogerlo y continuar el ataque. El despropósito de ataque es repelido por los alemanes sin problemas, y a quienes intentan retirarse, sus propias tropas les ajustician. No sabemos qué ha sido de Zaitsev.

Pasan las horas y un coche de propaganda soviética es destruido. De él sale un comisario político (Joseph Fiennes) que se esconde en la fuente de la plaza, repleta de cadáveres. Una patrulla alemana dispara a los muertos por si hubiera alguno vivo, pero no consiguen dar al comisario Danilov. Ahí aparece nuestro héroe Zaitsev que logra matar a cinco enemigos él solo, con cinco balas. Danilov, maestro de propaganda, se encargará de erigir a Zaitsev en una de las estrellas del momento, y en el encargado de levantar la moral de las tropas. De este modo, una a una se narran las hazañas de un gran francotirador.

Pasa el tiempo y Alemania, consciente de que debe dar caza a ese héroe ruso, envía a Stalingrado al Mayor König (Ed Harris), el mejor francotirador alemán del momento, iniciándose así un juego del gato y el ratón donde cada uno intenta sorprender al otro. Mientras tanto, Zaitsev conocerá a la joven Tania, que era la mujer que había visto en el tren, de la que quedará enamorado al igual que Danilov. La amistad de ambos dará un vuelco a medida que los celos de Danilov se agrandan contemplando como Tania se siente atraida por el héroe soviético.

Volviendo al tema bélico, un par de escaramuzas dan la sensación a Zaitsev de que no podrá matar al alemán. Primero, cayendo fácilmente en una trampa. Posteriormente, intentando que König caiga, verá como éste lejos de "picar" el anzuelo, se cargará de un plumazo a los ayudantes de Zaitsev. En ese momento la moral del soldado queda realmente tocada, si bien tiene un aliado en el joven Sacha, que le venera y que, como zapatero, se pondrá en contacto con König para darle mal las instrucciones.

El problema es que el alemán es muy listo y esperará a Zaitsev justamente en otro lado, intuyendo que éste estaba avisado. Ahí König llega a tener al ruso contra las cuerdas, pero finalmente éste será rescatado por Tania; Vassili disparará como puede y herirá en la mano a König, es vencible. Por la noche el amor entre Tania y Zaitsev acaba por estallar. Al día siguiente el personaje interpretado por Jude Law intentará por última vez matar a König tras los chivatazos de Sacha, pero se dormirá, perdiendo su oportunidad, y estará a punto de ser cazado por el alemán. Eso sí, le robarán los papeles y correrá el rumor de que Zaitsev ha muerto, rumor que la propaganda alemana extendirá, si bien König es consciente de que el trabajo no ha acabado.

Danilov se enterará de la relación amorosa de Zaitsev y Tania y, atacado por los celos llegará a escribir salvajadas dudando del héroe, intentando desmitificarlo. Por su parte, König colgará al joven Sacha como reprimenda por "haber escogido bando". Tania, contempla horrorizada el cuerpo del muchacho y atacada por la ira querrá acabar con el oficial alemán. Zaitsev promete que lo hará, y Tania marcha a avisar a Danilov para llevarse a la madre de Sacha al otro lado del río. En el traslado un proyectil cazará a Tania, y Danilov, desesperado marchará a avisar a Zaitsev.

No solo le avisa, si no que acabará sacrificándose para delatar la posición del alemán. El francotirador alemán esperará a que todo esté en calma para descartar que Zaitsev haya podido salir con vida. Y al salir de su escondite escuchará un ruido. Zaitsev le espera a sus espaldas, y acabará con su vida. Pasa el tiempo y la batalla por Stalingrado ha acabado, es febrero de 1943, y Zaitsev visita un hospital militar donde está la joven Tania, viva. El reencuentro de los amantes coincidirá con un plano cada vez más lejano y la banda sonora de James Horner. Fin.

Escenas
Aún recuerdo la tremenda sensación de ver "Enemigo a las puertas" en el cine. La cruenta secuencia bélica inicial ponía los pelos de punta, y aún lo hace. Esos soldados saliendo como ovejas de un tren, mirando horrorizados el horizonte, con Stalingrado al fondo. Subir a las barcazas y ese pequeño paseo por el río donde la aviación alemana hacía estragos. Salir vivos de allí ya era un gran logro. Al otro lado esperan las tropas soviéticas para darte al azar o un fusil o cinco balas para recargar. A Zaitsev le toca las balas y corre contra el enemigo con la idea de conseguir un fusil. No lo consigue, y quienes se retiran son ametrallados por sus propias tropas.

A esta brillante secuencia le sigue una de esas escenas que uno siempre recuerda. Una fuente en medio de la plaza y, escondido, Zaitsev se las ingenia para esperar al momento adecuado y disparar uno a uno a cinco soldados alemanes (con algún oficial incluido) sin que estos se vayan enterando de lo que pasa a su alrededor.

Después las mejores secuencias de la película tienen a Zaitsev y König como protagonistas. De entre todas ellas me quedo especialmente con dos. La primera de ellas tiene por protagonista al actor Ron Perlman. Apenas tiene un pequeño papel pero de su escena descubrimos diferentes cosas. Para comenzar, como los soldados se turnaban a la hora de pasar por puntos peligrosos, donde teóricamente pasar el primero iba mejor, ya que el enemigo no estaba alerta. El problema es que tras un intento de acabar con el personaje interpretado por Ed Harris, éste (que es muy listo, como hemos dicho) no solo no picará en el anzuelo delatando su posición, si no que se les ingeniará para aguardar a que Zaitsev salte de un lado a otro del edificio. La suerte querrá que el primero en saltar sea Ron Perlman y que König acabe con él.

La otra secuencia es la de la fábrica, también conocida como la escena de los cristales. Zaitsev intenta sorprender a König, pero este estará esperándole a él. Zaitsev consigue esconderse como puede, pero perderá su rifle francotirador. Con ingenio y una navaja, intentará recuperar su arma, pero el alemán se lo impedirá. Poco después caen cristales del techo poniendo en riesgo la vida de Zaitsev. Ahí será donde König, a través del reflejo, pueda ver a Zaitsev, y como este posteriormente hablará con Tania. Aprovechando el reflejo de la luz y los cristales deslumbrarán al alemán, pudiendo salir con vida.

Crítica
Siempre me ha encantado esta película. Una de esas obras que toca recomendar a cualquier amante del género y que (me alegro) goza de buena salud por estas tierras. Su 7,6 filmaffinity con más de 75,000 votos la dejan en una de las mejores películas bélicas de todos los tiempos para los usuarios de esta web. El duelo entre dos francotiradores marca totalmente la película. Diferentes situaciones se van alternando en ese juego del gato y el ratón con semejante escenario de fondo. Se cuentan hasta cuatro o cinco situaciones donde se cruzan ambos francotiradores, con especial énfasis en las dos secuencias arriba mencionadas.

Jean Jacques Annaud no repara en gastos (la película fue, entonces, la más cara de la historia del cine europeo) y no solo en la secuencia inicial con el río muestra el combate. En otros momentos se ven diferentes combates cuerpo a cuerpo en las calles de Stalingrado a pesar de que lo que realmente nos interesa y centra la atención es esa lucha entre dos personajes tan opuestos, obligados a luchar entre ellos porque así lo ha requerido la situación.

Podemos poner en duda ese triángulo amoroso un tanto pobre. La relación de Zaitsev con Tania va in crescendo pero sin darle demasiada importancia. Al mismo tiempo la amistad inicial de Danilov y Zaitsev también pierde peso, quedando el personaje de Fiennes un tanto relegado en la historia. Pero esto es debido a que lo principal es ese duelo entre los dos francotiradores. Acierta Annaud en centrar casi todos sus esfuerzos en dicha trama y dejar pocas páginas de guión al resto.

El creible papel de Jude Law como ese joven al que la propaganda encumbra a un rol que le queda demasiado grande, y la buena mano de Annaud para crear una película diferente de hazañas bélicas, centrándose en los dos bandos en un combate que bien podría parecer una partida de ajedrez, donde la estrategia tiene más importancia que la suerte (que también existe), acaban por hacer un ejercicio de cine de aventuras en un conflicto bélico de lo más sangriento. Pero, sobretodo, en el aspecto actoral hay que destacar a Ed Harris, un personaje que esconde muchas cosas pero que nos acaba pareciendo noble. Un papelón que considero de lo más destacable de cuantos se hayan hecho en el género en este Siglo XXI.

Queda desdibujado el amor y es uno de los puntos donde más se ha atizado a la película. Pero la realidad es que el duelo digno de Western (Sobretodo en ese duelo final que sí se debería asemejar al género por antonomasia de los Estados Unidos) satisface holgadamente, y se basta y se sobra para dejar en muy buen lugar a "Enemigo a las puertas". Ayuda, eso sí, que el trasfondo sea el de una de las batallas más sangrientas de toda la historia. Stalingrado tuvo una gran película en 1993, pero poco después Annaud, sin centrarse tanto en la batalla en sí, nos regaló una gran obra, la mejor del género en el Siglo XXI para @micinebelico y Top15 del #Belicómetro.

Nota: 9
Lo Mejor: Ese juego del gato y el ratón y la impresionante recreación de Stalingrado
Lo Peor: La relación Danilov-Zaitsev-Tania no acaba de tener peso y podría haber sobrado.

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