Para celebrar la noche de Halloween y continuando con el particular homenaje a la I Guerra Mundial, hoy toca hablar de "Deathwatch", una de las pocas películas reconocibles que el Siglo XXI ha dedicado a la contienda. No se trata, ni mucho menos, de una película para recordar, pero el hecho de mezclar cine de Terror y la Gran Guerra la hace carne de ser mencionada en este blog.
La película fue estrenada en 2002, fue la ópera prima de Michael J.Bassett, director británico de poco prestigio que se le conoce más por dirigir capítulos en series como "Ash Vs Evil Dead", sin duda su mejor aportación al mundo del cine y la TV. Y es que en el cine su carrera no ha sido muy aplaudible que digamos. Suya es, además de esta película que no cosechó éxito ni de crítica ni de público, la aun peor "Salomon Kane".
En Deathwatch, Bassett nos propone una noche de terror más psicológico que otra cosa con un guión sencillote. Un grupo de soldados en la I Guerra Mundial se pierde por el bosque y acaba llegando a una trinchera donde nada es lo que parece. Donde los alemanes parecen haber sido poseidos por la locura, y donde uno a uno irán muriendo y perdiendo la cabeza a lo largo de las angustiosas horas que pasan allí.
Como véis, argumento sencillo y guión más básico que, aun así, da para buen juego. Más aún si de actor protagonista contratas a una cara conocida del momento como era Jamie Bell. El mismísimo Billy Elliot (personaje que le perseguirá toda su vida) tuvo aquí su siguiente papel para la gran pantalla tras el éxito del film de Daldry. Eso sí, aquí a pesar de liderar el reparto y ser la cara conocida, cabe señalar que se trata de una película más bien coral donde hay unos cuantos protagonistas.
Entre ellos toca destacar a Andy Serkis. Famoso por ser el hombre de los parches que está tras Gollum, King Kong o César en la saga de "El planeta de los simios", también ha solido protagonizar películas apareciendo como actor de carne y hueso. Esta es una de ellas, aunque su papel de soldado salvaje bien nos puede recordar al simio de "El planeta de los simios" en cuanto a poses y gesticulación.
¿Lo demás? Actores menores para un reparto menor. Algo que ya se intuye en el primer plano de la película donde aparecen uno a uno los protagonistas en planos individuales y con el nombre de cada actor cuando aparece el personaje. Todo esto antes de asaltar una trinchera enemiga. Pero he aquí donde se nota el escaso presupuesto que se manejaba. Y es que a pesar de contar con algunos extras para la escena en la que los británicos salen de su trinchera, el momento en que un oficial está a punto de matar por cobarde al personaje interpretado por Jamie Bell queda impregnado de cierto cutrerío.
Y aunque la secuencia bélica que abre la película salva la papeleta y las bombas de gas no nos dejan ver lo escaso del reparto, se arranca la película con cierta sencillez dando paso a una película "de terror". A partir de ahí la trama de la película, o su premisa, parece sencilla. Y es que si parecía poco saber que los soldados estaban en pleno ataque, con el sargento enganchado a las alhambradas, a los pocos minutos de estar en la trinchera enemiga se escucha por radio que la compañía a la que pertenecen no tiene supervivientes.
Spoilers
Los personajes piensan que es un error, pero el espectador al cuarto de hora o veinte minutos de película despeja las escasas dudas que quedaban, lo cual quita su toque de "incertidumbre" al resto de la película. Lo que en "El sexto sentido" cuesta pillar a la primera, aquí queda evidente como si estuviese anunciado con luces de neón. La única cuestión a saber es si en esa trinchera, abandonados a su suerte, luchan por su supervivencia (cosa que parece intuirse) o por algo más relacionado con sus almas.
Y es que tropiezo tras tropiezo en no pocas secuencias donde no se vislumbra buen manejo de la cámara, dirección de los actores ni de la situación, la película va a trompicones llegando a un climax final que, al menos, merece algo la pena. Puesto que ahí, tras una barbarie de locura donde en 5 minutos no queda ni el apuntador, el único superviviente, nuestro querido Billy Elliot, acaba cayendo, engullido por fiambres, bajo tierra.
Una vez ahí nuestro personaje ve a todos sus compañeros (que uno a uno y de diferentes maneras, hemos visto morir) a los que les espeta un "yo no estoy muerto" que puede darnos la pista de que Bell no está muerto, sino aun intentando salir vivo del ataque que tenía lugar al principio de la película. Sin embargo cuando consigue salir de ahí y un soldado alemán (el único que quedaba vivo, y al que él había ayudado a sobrevivir de sus compañeros) le apunta con una escopeta, éste le dice que "es libre" y que puede salir de la trinchera.
En apenas un par de planos vemos como nuestro personaje, que había bajado "a los infiernos" bajo tierra, es escogido para subir las escaleras que le llevan al cielo (lo que se ve arriba de las mismas), por el guardián de esa trinchera. Esta teoría queda aún más patente cuando vemos como vuelve a aparecer un grupo de soldados que llegan de la misma manera a las trincheras, y vemos el rostro del soldado alemán que sonríe. Bell y sus compañeros no luchaban por sobrevivir, era algo más espiritual... sus almas luchaban en ese limbo donde habían quedado abandonadas, en ese purgatorio donde luchaban por subir al cielo o arder en el infierno.
Sentencia
La Gran Guerra es aquí apenas una excusa. No se nos pretende mostrar ni realidades de un combate concreto ni como vivían en esas trincheras. Si bien se antoja interesante ver la comparativa. Unos hombres abandonados a su suerte, perdidos en unas laberínticas trincheras enemigas donde van cayendo uno a uno. El miedo y la locura se apodera poco a poco de ellos.
Así pues, "Deathwatch", más allá de un interesante pero torpe análisis del bien y del mal también puede ser visto como un fiel reflejo de lo que fue la guerra de trincheras, donde se podía morir en cualquier momento, donde las ratas se apoderaban de cualquiera en ese lúgubre hogar. Bassett tiene en esos argumentos sus armas principales de defensa del proyecto.
Por contra, y aunque la ambientación está lograda, la torpeza a la hora de realizar unas cuantas secuencias se nota. Un pintor de brocha gorda incapaz de mantener la tensión que podía tener una cinta así. Y es una pena que el mensaje final y el clímax no lleguen a salvar del infierno a un proyecto que deambula toda la película en ese mismo purgatorio por el que pasean sus personajes.
Nota: 4
Lo Mejor: Que aun dentro de su simpleza, es de las que gusta analizar.
Lo Peor: Un director torpe y actores que no están en estado de gracia, ni el guión lleno de tópicos y estereotipos, ayuda a mejorar
La película fue estrenada en 2002, fue la ópera prima de Michael J.Bassett, director británico de poco prestigio que se le conoce más por dirigir capítulos en series como "Ash Vs Evil Dead", sin duda su mejor aportación al mundo del cine y la TV. Y es que en el cine su carrera no ha sido muy aplaudible que digamos. Suya es, además de esta película que no cosechó éxito ni de crítica ni de público, la aun peor "Salomon Kane".
En Deathwatch, Bassett nos propone una noche de terror más psicológico que otra cosa con un guión sencillote. Un grupo de soldados en la I Guerra Mundial se pierde por el bosque y acaba llegando a una trinchera donde nada es lo que parece. Donde los alemanes parecen haber sido poseidos por la locura, y donde uno a uno irán muriendo y perdiendo la cabeza a lo largo de las angustiosas horas que pasan allí.
Como véis, argumento sencillo y guión más básico que, aun así, da para buen juego. Más aún si de actor protagonista contratas a una cara conocida del momento como era Jamie Bell. El mismísimo Billy Elliot (personaje que le perseguirá toda su vida) tuvo aquí su siguiente papel para la gran pantalla tras el éxito del film de Daldry. Eso sí, aquí a pesar de liderar el reparto y ser la cara conocida, cabe señalar que se trata de una película más bien coral donde hay unos cuantos protagonistas.
Entre ellos toca destacar a Andy Serkis. Famoso por ser el hombre de los parches que está tras Gollum, King Kong o César en la saga de "El planeta de los simios", también ha solido protagonizar películas apareciendo como actor de carne y hueso. Esta es una de ellas, aunque su papel de soldado salvaje bien nos puede recordar al simio de "El planeta de los simios" en cuanto a poses y gesticulación.
¿Lo demás? Actores menores para un reparto menor. Algo que ya se intuye en el primer plano de la película donde aparecen uno a uno los protagonistas en planos individuales y con el nombre de cada actor cuando aparece el personaje. Todo esto antes de asaltar una trinchera enemiga. Pero he aquí donde se nota el escaso presupuesto que se manejaba. Y es que a pesar de contar con algunos extras para la escena en la que los británicos salen de su trinchera, el momento en que un oficial está a punto de matar por cobarde al personaje interpretado por Jamie Bell queda impregnado de cierto cutrerío.
Y aunque la secuencia bélica que abre la película salva la papeleta y las bombas de gas no nos dejan ver lo escaso del reparto, se arranca la película con cierta sencillez dando paso a una película "de terror". A partir de ahí la trama de la película, o su premisa, parece sencilla. Y es que si parecía poco saber que los soldados estaban en pleno ataque, con el sargento enganchado a las alhambradas, a los pocos minutos de estar en la trinchera enemiga se escucha por radio que la compañía a la que pertenecen no tiene supervivientes.
Spoilers
Los personajes piensan que es un error, pero el espectador al cuarto de hora o veinte minutos de película despeja las escasas dudas que quedaban, lo cual quita su toque de "incertidumbre" al resto de la película. Lo que en "El sexto sentido" cuesta pillar a la primera, aquí queda evidente como si estuviese anunciado con luces de neón. La única cuestión a saber es si en esa trinchera, abandonados a su suerte, luchan por su supervivencia (cosa que parece intuirse) o por algo más relacionado con sus almas.
Y es que tropiezo tras tropiezo en no pocas secuencias donde no se vislumbra buen manejo de la cámara, dirección de los actores ni de la situación, la película va a trompicones llegando a un climax final que, al menos, merece algo la pena. Puesto que ahí, tras una barbarie de locura donde en 5 minutos no queda ni el apuntador, el único superviviente, nuestro querido Billy Elliot, acaba cayendo, engullido por fiambres, bajo tierra.
Una vez ahí nuestro personaje ve a todos sus compañeros (que uno a uno y de diferentes maneras, hemos visto morir) a los que les espeta un "yo no estoy muerto" que puede darnos la pista de que Bell no está muerto, sino aun intentando salir vivo del ataque que tenía lugar al principio de la película. Sin embargo cuando consigue salir de ahí y un soldado alemán (el único que quedaba vivo, y al que él había ayudado a sobrevivir de sus compañeros) le apunta con una escopeta, éste le dice que "es libre" y que puede salir de la trinchera.
En apenas un par de planos vemos como nuestro personaje, que había bajado "a los infiernos" bajo tierra, es escogido para subir las escaleras que le llevan al cielo (lo que se ve arriba de las mismas), por el guardián de esa trinchera. Esta teoría queda aún más patente cuando vemos como vuelve a aparecer un grupo de soldados que llegan de la misma manera a las trincheras, y vemos el rostro del soldado alemán que sonríe. Bell y sus compañeros no luchaban por sobrevivir, era algo más espiritual... sus almas luchaban en ese limbo donde habían quedado abandonadas, en ese purgatorio donde luchaban por subir al cielo o arder en el infierno.
Sentencia
La Gran Guerra es aquí apenas una excusa. No se nos pretende mostrar ni realidades de un combate concreto ni como vivían en esas trincheras. Si bien se antoja interesante ver la comparativa. Unos hombres abandonados a su suerte, perdidos en unas laberínticas trincheras enemigas donde van cayendo uno a uno. El miedo y la locura se apodera poco a poco de ellos.
Así pues, "Deathwatch", más allá de un interesante pero torpe análisis del bien y del mal también puede ser visto como un fiel reflejo de lo que fue la guerra de trincheras, donde se podía morir en cualquier momento, donde las ratas se apoderaban de cualquiera en ese lúgubre hogar. Bassett tiene en esos argumentos sus armas principales de defensa del proyecto.
Por contra, y aunque la ambientación está lograda, la torpeza a la hora de realizar unas cuantas secuencias se nota. Un pintor de brocha gorda incapaz de mantener la tensión que podía tener una cinta así. Y es una pena que el mensaje final y el clímax no lleguen a salvar del infierno a un proyecto que deambula toda la película en ese mismo purgatorio por el que pasean sus personajes.
Nota: 4
Lo Mejor: Que aun dentro de su simpleza, es de las que gusta analizar.
Lo Peor: Un director torpe y actores que no están en estado de gracia, ni el guión lleno de tópicos y estereotipos, ayuda a mejorar
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