Vaya cuadro, Koldo Serra

Parece mentira que haya habido que esperar casi 80 años para que el Cine (en pantalla grande) se haya hecho eco de uno de los episodios más lamentables ocurridos en la historia de España como fue el bombardeo de Gernika. Pero al mismo tiempo también parece mentira que Koldo Serra, teniendo todos los caminos libres para escoger, haya optado por el de una historia romántica sin paliativos.

Pero no podemos culpar a una simple decisión de base del destrozo que el guión (que no las bombas) ha hecho sobre un proyecto al que le tenía ganas y curiosidad. Lo de buscar una historia romántica para rellenar a la espera de una secuencia de climax por la que dar el 100% es un cuento viejo que ya se vio en dos superproducciones hollywoodienses como fueron "Titanic" o "Pearl Harbor". El problema es que aquellos films no eran pioneros a la hora de contar la historia y en ambos casos lo de contar cronológicamente los hechos ya se había llevado al cine.



Koldo Serra opta por lo teóricamente fácil y, sin embargo, patina en su intento. Patina porque la historia de amor que nos venden no se sostiene por ninguna parte debido al escaso feeling que se ve en pantalla. No ayuda tampoco que los protagonistas (sí, incluyo a María Valverde) no parezcan estar al 100% con la mente puesta en el proyecto. Y con un guión justito -por no decir escaso-, unos personajes planos y unas actuaciones pobres, no se puede levantar el vuelo por muchos encuadres perfectos que Koldo -que la teoría cinematográfica la tiene de sobra conocida- intente ejecutar.

Y es que la hora y cuarto de reloj que precede al bombarbeo es un cúmulo de despropósitos donde únicamente una ambientación y decorados logradísimos -que merecen su mención en los Goya- así como algunos planos de paisajes de Euskal Herria merecen la pena. ¿El resto? una historia de amor lenta y pobre, de salir del paso, un batiburrillo de historias que no termina de poder ser considerada como película coral. Y, lo más grave del asunto, el empeño aun en el Siglo XXI de no querer tomar partido en la Guerra Civil.

No se puede permitir que uno vea la película donde hablas de hermanos divididos y los únicos "malos" que veas en el film sean alemanes. Ni rastro del ejército franquista por ningún lado más que en una breve escaramuza. El enemigo no parece estar cerca de casa, si no venir de fuera, y los franquistas, no parece que la guerra fuera con ellos.

Quizás era meterse en camisa de once varas. Pero lo que Koldo hace es intentar no meterse con nadie, intentar no hacer ruido y dedicarse a contar "su historia", una historia que no convence y lleva a un tedio absoluto antes de la fecha clave del 26 de abril de 1937. Por el camino, se queda la oportunidad de haber hecho algo más.

No pondré ni un pero a un bombardeo de 20 minutos que es de las mejores secuencias bélicas que ha hecho el cine español (que tampoco es que haya hecho muchas). Esos 20 minutos cumplen pero no hacen merecer el precio ni de una entrada ni de un proyecto de tal embergadura. Pero lo más gordo o grave es lo que le rodea. Gernika no existe, o eso parece, allí llegan de casualidad unos protagonistas y allí les cae de todo, pero la cámara parece únicamente tener ojos para los protagonistas y apenas tiene un par de momentos lúcidos de mostrar el horror.

Eso es precisamente lo que más achacaré a Koldo. Que de la hora y tres cuartos que tuvo para contarnos "Gernika" no cuenta con el pueblo ni con los habitantes del pueblo como protagonistas, ni tan siquiera nos cuenta qué fue después de aquel sangriento y salvaje bombardeo.

Y aquí romperé una lanza a favor de las TV movies. Aunque arriba he comentado que en el cine han debido esperarse 80 años para la llegada de Gernika a la gran pantalla, hace apenas 4 años se estrenó la TV movie "Gernika bajo las bombas" y aunque el bombardeo no es ni la mitad de espectacular debido al presupuesto, sus más de dos horas se veían del tirón sin caer en el sueño más profundo, y la historia de amor -que, como no, la tenía- no llegaba a abarcar el 95% de la película, ni mucho menos. Pero, sobretodo, ese film sí nos contaba historias particulares de gente de Gernika, y de lo que sucedió después del bombardeo.

A Koldo eso poco le importa. Con dejar su impronta en un par de planos que denotan su buen gusto por el cine en base a homenajes -en algún caso eisensteniano- ya vale. Con eso y con ser el director que ha llevado Gernika a la gran pantalla. Pero el film, por desgracia, ni entretiene, ni engancha, ni ha tenido gran éxito. Para no lograr ninguno de esos tres propósitos un film con toque más cercano al documental como lo era "Tora, Tora, Tora" a lo acontecido a Hawaii hubiera sido una opción mucho más acertada e interesante, Pero esa era otra película a la que aspiraba, por lo visto, el bizkaitarra Koldo Serra.


Nota: 3,5

Lo mejor: La dirección artística, decorados y atrezzo, además de una de las mejores secuencias bélicas del cine español.

Lo Peor: Todos los primeros 75 minutos.

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