La última película de John Sturges

Hace poco volví a revisionar "Ha llegado el águila", la que sería última producción del director John Sturges, autor de "La gran evasión" y "Los siete magníficos". Dedicada gran parte de su carrera -con mayor o menor acierto- al Western, el director también tuvo algunas obras para el cine bélico, como la mencionada evasión o la algo fallida "Cuando hierve la sangre".

Quizás sus mejores momentos ya habían pasado cuando decidió realizar este último film: "Ha llegado el águila". Lo que quizás no muchos amantes del género bélico sepan es que está basada en una novela del autor Jack Higgins, y es precisamente con el punto de partida de la novela como realizaré esta breve crítica sobre el film.


Porque pude leer la obra en cuestión antes de embarcarme en volver a ver este film que de pequeño había visto y no me había convencido tanto. El hecho de tratarse de un film donde la acción bélica quedaba relegada al final podía influir -si bien en "Doce del patículo" sucede exactamente lo mismo y siempre me gustó la patibulada de Aldrich.

El caso es que aunque he de reconocer que "Ha llegado el águila" es una interesante película, con buenos actores -a pesar de que Caine no pegue como alemán- y con una idea de partida (la de la novela) muy jugosa para hacer saltar la banca con una gran película.

Sin embargo todo quedó ahí. Sturges no pareció muy inspirado a la hora de llevar a cabo la obra. Tampoco ayudó que el presupuesto pareciera escaso. La grandeza de un film como "La Gran evasión" en lo que a decorados se refiere -por no hablar de la fotografía- distan mucho de un film a otro. Por algo habían pasado 13 años y Sturges no era el artista que fuera en su momento.

Pero la parte donde más me gustaría azotar un poco a la película es en la historia de amor que abarca. Cualquiera que ve el film se pensará que lo de Donald Sutherland con la mujer británica (de 19 años en la película, de 17 en la literatura) está de sobra, y que lo único que pretende es conseguir convencer al público femenino de darle una oportunidad al film.

Sin embargo en la novela ya está dicha historia de amor. Pero en el film queda en peor que segundo plano, diluida. Parece más un pasatiempo del personaje de Sutherland que el peso que realmente tenía la mujer en la obra. Es por ello que algunas de las cosas que suceden en el film, algunas de sus secuencias, parecen cogidas con pinzas.

Es el error en el que el guionista del film cayó. O el guionista o el montaje final. El film dura más de 2 horas y eso que algunos momentos clave en la novela desaparecieron del mapa, así como algún personaje. Por no hablar de que el final está (y no destriparé más) cambiado con el de la novela.

Es precisamente la historia de amor y algunos "saltos" temporales los que bajan la calidad del film. Sucesos que en la novela quedan perfectamente encajados y que en la película de 1976 quedan repletos de agujeros. Llegando al extremo de que el personaje que interpreta Caine en el libro es un hombre que gusta al lector, y en la película no convence tanto.

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