Agustina de Aragón (Juan de Orduña, 1950)

"La virgen del Pilar dice, que no quiere ser francesa, que quiere ser capitana de la tropa aragonesa", con esta jota arrancamos el artículo de hoy aprovechando que este 12 de Octubre es el día de la Virgen del Pilar, toca hablar de "Agustina de Aragón", título que nos narra la resistencia maña ante el invasor francés en 1808, siempre con la mirada puesta en la famosa heroína, Agustina, que se lió a cañonazos contra los franceses.

La película, dirigida por Juan de Orduña, es un ejemplo de cine de propaganda franquista, donde una vez hablado de la Guerra Civil se echó la mirada atrás a otros conflictos heroicos españoles como serían los héroes de Baler en "Los últimos de Filipinas" (1945) o este ejemplo ambientado en la Guerra de la Independencia. La película estaba protagonizada por Aurora Bautista, y tenía a Virgilio Teixeira en el rol de su amado Juan el Bravo. Además, Fernando Rey y Manuel Luna completaban el reparto.


Sinopsis
Corre 1808 y los franceses han invadido España para que el hermanísimo de Napoleón, Pepe Botella, se dedique a gobernar el país. Poco a poco se nos muestran los diferentes puntos que han ido cayendo en manos de los franceses. En medio de todo ello, Agustina conoce en Barcelona a un héroe de la Resistencia, Juan el Bravo, y emprenderá un viaje enviando un importante mensaje.

Será perseguida y verá los horrores de la guerra, fusilamientos incluidos, antes de llegar a su destino, su Zaragoza donde reside su familia y donde le esperará su padre. Agustina, no obstante, tiene allí también a su prometido, pero se enterará de que este se ha unido a los franceses y colabora con ellos, algo que provocará que ella renuncie a su matrimonio y se aproxime a ese héroe maño del principio de la película que, en una secuencia anterior, le salvará de las manos de un enemigo.

Se inicia la revolución en Zaragoza. El General Palafox (Fernando Rey) se hará cargo de las tropas aragonesas que combatirán al enemigo tras una revuelta donde los mandos colaboracionistas son despachados. Se anuncia, asímismo, que las tropas francesas se aproximan a Tudela y se decide ir a su encuentro y combatir allí, antes de que estas lleguen a las puertas de la capital zaragozana.

Se envía un amplio ejército que será destrozado. Cabizbajos y malheridos, volverán a Zaragoza, derrotados, y con las tropas francesas cerca de Zaragoza, iniciándose así el sitio de la ciudad. Agustina ejercerá como enfermera en el hospital, el cual será bombardeado a cañonazo limpio por los franceses.

De una muerte casi segura bajo las ruinas la rescatará su ex prometido, que poco antes ha llegado a asesinar a un enviado de los franceses con la intención de realizar un complot desde dentro de la ciudad. A pesar de salvarle la vida (sin que ella se entere, puesto que estaba inconsciente), no conseguirá su amor, puesto que este ya pertenece a Juan el Bravo, con el que contraerá matrimonio en una secuencia que concluye con un ataque francés a la iglesia donde se casa (¡vaya, qué oportunos!).

Día tras día reciben los ataques de las tropas francesas y resisten con lo que pueden, y eso que Palafox está en las últimas víctima de la peste que comienza a asolar a la ciudad sitiada. En una batalla final morirá el ex prometido de Agustina luchando del lado español, y poco después Agustina irá al hospital a reunir a todo hombre, mujer o niño que pueda empuñar un arma contra el opresor. Consigue reunir un amplio grupo de personas, en una especie de "Todos a una" zaragozana, pero cuando vuelve al cañón donde había dejado a Juan el Bravo, este está malherido.

Muere, víctima de las heridas y, atacada por la rabia, Agustina coge su lugar y empieza a cañonazo limpio contra los franceses, mostrándoles que ahí lucha todo el mundo y no les quieren ni en pintura. La película podría haber acabado aquí, pero el mensaje patriota tenía una escena final donde Agustina era recibida por "El deseado" Fernando VII, vestida de luto. Fernando VII le otorgaba una medalla por su valor y su amor a su patria. Fin.

Escena
Sin duda alguna más que escena aquí deberíamos hablar de "cuadro", puesto que la portada de la película no es más que el resumen de lo que pretende enseñar la película. Dos horas dedicadas a un conflicto pero donde la imagen más fuerte es la de Agustina sosteniendo la antorcha con la que encender el cañón.

Dos veces vemos esta imagen, puesto que la película arranca con ese alegato patriótico a cañonazo limpio, para retroceder en el tiempo y contarnos como se llegó a ese momento. Ese momento donde Zaragoza está sitiada, donde los hombres mueren a decenas y donde niños y mujeres tienen que defender la ciudad. En ese momento Agustina levanta al pueblo y ahí aparecen todas las mujeres, niños y ancianos (y heridos) sumándose a la fiesta como séptimo de caballería, como revulsivo para lanzar a las tropas francesas fuera.

Y ahí, tras ver morir a su amado en un claro shock para el espectador, que ve como la heroina Agustina nunca llegará a ser feliz por haber perdido casi todo, esta agarra con coraje la antorcha y empieza a lanzar el mensaje patriótico de turno antifrancés, mirando a cámara. Una secuencia que podría recordar al cine de propaganda USA durante la Segunda Guerra Mundial, donde las películas se terminaban con el protagonista mirando a pantalla y lanzando su discurso patriótico de turno.

Crítica
"Agustina de Aragón" es una superproducción española de la época. Lo oyen bien, superproducción. Lo anuncian los títulos de crédito iniciales y es que en 1950 los medios eran los que eran y, a pesar de ello, no se escatimaron para las secuencias más impactantes del sitio. Sin duda alguna el Tour de force de la película.

Para llegar a ese punto, Juan de Orduña, los guionistas y quien fuera, se inventaron una historia de amor a tres bandas un tanto pobre, pero con la fuerza centrada en Agustina y Juan el Bravo. Dos héroes, cada uno en lo suyo. También se quiso hablar de los colaboracionistas y de como un apestado que se unió al bando francés era capaz de reconocer su error y volver a luchar y morir por su patria.

Sin duda tiene los ingredientes de cualquier film patriótico histórico que en Hollywoood en los años 40 estaba a la orden del día. Con secuencias de combate conseguidas para la época y los medios, "Agustina de Aragón" es un interesante relato bélico para quienes quieran conocer un pedacito de la historia de España.

No os esperéis, eso sí, ningún peliculón, ni un film lo suficientemente consistente como para llamarlo cine épico del bueno. Es una aceptable película que en su momento tenía más chicha. La vi de pequeño y, sin duda, era una película que me gustaba por ese toque de heroísmo que desprenden las secuencias finales. Hoy en día no deja de ser un documento histórico interesante pero no del todo bien envejecido.

Nota: 5,5

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